Las 7 calas más tranquilas de la Costa Brava

Llevas todo el invierno soñando con las playas y el sol. Tranquilo, que no eres el único que lo ha hecho. A nosotros también nos ha pasado, y es que… ¿quién no se imagina tumbado a la bartola bajo el sol, y con la brisa marina de fondo?

Ahora que el sol ya luce todo el día, y que parece que el verano está a la vuelta de la esquina, te proponemos dos opciones: que apuntes la lista de las mejores calas, para cuando tengas vacaciones; o bien, que tomes nota de alguna de ellas, para escapadas de fin de semana.

Sea cual sea la modalidad y la duración de tu viaje, te vamos a mostrar los rincones con magia que harán que te sientas en un verdadero paraíso. Y todo esto, en la Costa Brava.

Coge papel y boli, que empezamos nuestra ruta de sol y playa por la costa de Girona.

 

CALA VALLPRESONA

miquelduran-FLICKR

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La zona en la que se encuentra, pertenece al espacio que forma la población de Santa Cristina d’Aro, y es uno de los paisajes más bonitos que podrás descubrir en la zona.

Su escenario se presenta con un espacio de descanso bajo el manto del sol, y rodeado de un bosque por el que se abre el único acceso a la cala. No es muy fácil acceder, aunque todo esfuerzo merece su recompensa.

La arena dorada, extendida en casi 300 metros, y a 20 de altitud, serán el lienzo de excepción para tus próximas vacaciones.

Podría decirse que es una cala casi virgen por la poca afluencia que hay de turismo en la zona, debido precisamente, a su sinuoso camino de entrada. Así que, si eres uno de los privilegiados que consiguen disfrutar de ella, y te gusta poner un puntito de adrenalina, nadar hasta la roca que emerge del mar, a unos 200 metros te encantará. ¡Ánimo buceador!

 

PLATJA DEL PI

Jordi Sanchez Teruel-FLICKR

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En la Bahía de Portbou, nos encontramos con un paisaje idílico, que parece sacado de las mejores playas. De esas de las películas.

Para llegar, puedes hacer el recorrido de la costa, que atraviesa Tres Platgetes, que son ideales si buscas turismo familiar; aunque, si lo que buscas es tranquilidad, el tesoro de esta zona tardará un poco más en llegar.

Caminando junto al mar, nos encontramos el camino de ronda y sus escaleras, que tienen su fin en la Platja del Pi, bajo un acantilado impresionante de unos 40 metros de altitud.

Dentro, lo que vas a encontrar es pura calma y mucha paz. Eso sí, no es de arena fina, si no de guijarros, pero merece la pena disfrutar de su agua cristalina y del rico fondo marino que hay. Mires donde mires, acantilados. ¿Te animas?

 

CALA MORISCA

David Domingo-FLICKR

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Otro de los rincones que conocer en la Costa Brava. Un lugar tranquilo y sosegado que tiene además, una historia muy curiosa.

A esta cala se accede caminando por el GR-92, y posteriormente bajando por unas escaleras que os conducirán a un lugar apartado y con mucho encanto, casi escondido, que sirvió de escenario para esta historia de piratas del siglo XX que os contamos a continuación.

Resulta que en la zona, había unos túneles excavados en la roca que comunicaban con una finca, y que sirvieron a Canavaggio, un traficante, para transportar la mercancía que llegaba por mar, sin levantar sospechas. La historia concluye con el mayor alijo de hachís de la zona en años, así que, buen lugar para hacerse películas, ¿no?

 

CALA S’ALGUER

Albert Torrelló-FLICKR

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Un lugar en el que si quieres vivir la esencia de la zona, tienes que ir. Parece que no haya pasado el tiempo en este paisaje, y eso es lo que le hace ser muy agradable.

Es un conjunto de tres calas, cada una de ellas al lado de otra, y contando con una estampa digna de postal en la que el sol se refleja durante el día, en sus cristalinas aguas, que son acompañadas de arena fina y dorada.

Las construcciones de baja altura con balcones de colores escoltando la zona, hacen de este paisaje, un lugar casi exclusivo, al que por cierto, no se puede acceder de otra manera que no sea andando.

 

CALA PEDROSA

Jorge Franganillo-FLICKR

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Otro de esos lugares para los que necesitamos cierta agilidad.

Se encuentra cerca del centro de la localidad de L’Estartit, que es una villa marinera con unas vistas espectaculares. Aquí, la calma y la desconexión bajo el sol están aseguradas.

Tras la caminata que hemos hecho hasta llegar a la cala, nos merecemos un descanso, así que no dudes en extender la toalla sobre su suelo de guijarros grises, que dan paso a un agua totalmente quieta en el que podéis nadar tranquilamente.

Cala Pedrosa tiene además, el encanto de lo único, estando casi desierta incluso en la temporada de mayor afluencia de turistas.

 

CALA JUGADORA

Jordi Bosch&Susanna-FLICKR

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Desde el faro de Cap de Creus, y llegando a una pequeña y poco cuidada carretera estrecha, surge a un lado, el camino que os hará llegar al paraíso.

Son unos cuantos minutos caminando por un terreno que lejos de ser llano, aporta un poco de adrenalina al camino, así que es recomendable calzarse algo más que unas sandalias.

Al llegar allí se comprende por qué artistas como Salvador Dalí ya mencionaban el paisaje. Un ambiente rodeado de rocas esculpidas por la naturaleza, que abrazan un pequeño entrante de mar adornado por especies protegidas en la zona, son el paisaje que os ofrece este terreno.

 

CALA TAVALLERA

Lidia Esparraguera-FLICKR

Lidia Esparraguera-FLICKR

Concluimos la lista de las calas y playas más tranquilas, con ésta. Un lugar idílico que forma parte del Parque Natural del Cabo de Creus, y en el que la naturaleza pone en bandeja el mejor descanso.

Es una cala virgen, a la que se accede de una única forma. Adivina.

Sí, una vez más hay que andar, aunque en este caso el camino es algo más ameno ya que, en un punto de tu itinerario vas a poder encontrar los vestigios de la ermita románica de Sant Baldiri.

Un paseo agradable en el que disfrutaréis del merecido descanso chapoteando entre sus aguas claras y tranquilas.

 

Y aunque en esta lista hay sólo 7, la costa Brava guarda, en su paisaje escarpado y en cierto modo, salvaje, verdaderos tesoros de los que disfrutar.

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