Abanderada indiscutible de la tranquilidad, esta provincia guarda con recelo la calma que le confiere ser una de las menos pobladas de todo el país con diferencia, y es que la mitad de sus municipios tienen menos de 100 habitantes, convirtiéndose en un lugar perfecto para encontrar la relajación y la vida en paz y armonía con la naturaleza, ya que tiene grandes zonas de naturaleza salvaje.
Si vienes a hacer turismo rural en Soria su patrimonio natural está reservado a los turistas más inquietos, que podrán disfrutar de los dos buques insignia: el Parque Natural del Río Lobos, forjado a golpe de agua, y el de Sierra de Urbión y Laguna Negra, un paraje casi enigmático que se crea con la sombra que le aporta la abrupta geografía que rodea a esta laguna misteriosa.
También tiene un gran número de Conjuntos Históricos Artísticos, Bienes de Interés Cultural y monumentos presentes en Medinaceli, Berlanga de Duero o Calatañazor entre otros, con unas villas que conservan intacta la más pura historia.. Si probando el sabroso Torrezno de Soria o el Picadillo de chorizo, crees que la gastronomía y cocina soriana no pueden ser mejor, añade la delicia de sus famosas Trufas negras.
Tu escapada está a punto de comenzar.