Visitamos a los animales más comunes de España

Diversidad. Esa es una de las palabras que mejor podría definir el país en el que vivimos. Y, aunque se podría escribir un libro acerca de la diversidad de culturas, pensamientos y personas que forman España, en esta ocasión vamos a dedicarnos únicamente al mundo animal.

La variedad de parajes y ecosistemas que se dan dentro de la península debido al clima y a la posición geográfica, posibilita la aparición de una también amplia variedad de animales, algunos incluso únicos de esta zona. Especies que en algunos casos han llegado a expandirse por todo el mundo, como el conejo o el canario.

Dentro de la península ibérica es posible encontrar especies desaparecidas en otras partes de Europa, en parte por la influencia de la fauna africana y en parte porque España es una región mucho menos poblada que otras similares europeas.

Grandes Carnívoros

M. Campo FLICKR

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Destacan en este grupo el oso pardo y el lobo ibérico, especies que han desaparecido en buena parte de Europa. El oso se mantiene en la cordillera Cantábrica, mientras que el lobo se ha convertido en una subespecie endémica de la península. Adquiere especial importancia en este grupo el lince ibérico, un animal en preocupante peligro de extinción que se mantiene a duras penas. También cabe mencionar a otras especies más numerosas como el gato montés, el zorro rojo, el tejón, el turón, la nutria, la marta la garduña, la jineta o el meloncillo.

 

Herbívoros

petoflickr FLICKR

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Estas especies se encuentran muy extendidas por todo el territorio español. Destacan el jabalí, la cabra montés, el rebeco, el corzo, el gamo y el ciervo común. Excepto en el caso del rebeco, que se encuentra únicamente en los pirineos y la cordillera cantábrica, todos los demás gozan de un gran número de ejemplares que pueden verse en prácticamente cualquier paraje natural.

 

Insectívoros

FranJa FLICKR

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En este grupo destacan algunos pequeños animales que también se encuentran muy extendidos por la península. Los más comunes son las musarañas, el musgaño de Cabrera, el topo ibérico, el desmán de los Pirineos, la ardilla roja, el lirón careto, los topillos, la liebre, etc.

 

Aves

Jose Antonio Moreno FLICKR

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El caso de las aves es muy especial en este país, ya que el clima y la geografía hacen que la cantidad de especies que se pueden divisar sea muy superior a las de cualquier otra parte de Europa. Son hasta 352 las especies de aves que se pueden encontrar en España, sin contar algunas que ha introducido el hombre o que llegan puntualmente de manera migratoria.

Por citar únicamente algunas endémicas de todo el territorio, destacan el águila imperial y el rabilargo ibérico. Hay otras muchas especies cuyo número resulta también muy elevado, como pueden ser el buitre negro, el halcón peregrino, ratoneros, milanos, gorriones, mochuelos, cigüeñas, garzas, avutardas, urracas, cuervos y un largo etc.

 

Animales marinos

Vicente Villamón FLICKR

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Algo similar ocurre en el caso de los animales que habitan los kilómetros de mares que rodean la península. El mar Mediterráneo y el océano Atlántico se encargan de cuidar de una diversidad de peces, reptiles y mamíferos envidiable.

En el primer grupo, son tantas las especies que resulta imposible realizar una lista con tan solo algunas. Cada uno de los mares cuenta con unas características especiales, por lo que los peces que se pueden encontrar también son muy diversos en ambos casos. Destacan las cinco especies de tortugas que se pueden encontrar en el grupo de los reptiles.

Existe además un buen grupo de mamíferos en las profundidades marinas. Cetáceos como delfines, ballenas, cachalotes, rorcuales, marsopas, orcas, etc.

 

Especies autóctonas, foráneas y extintas

jacinta lluch valero FLICKR

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Sección a parte merecen algunas de las especies que no deberían englobarse en las anteriores categorías. Por ejemplo, aquellas que han surgido a partir de animales domésticos y que son razas que no pueden encontrarse en ninguna otra parte del mundo. Existen razas autóctonas de perros (como el perro de aguas), de gallinas (como la castellana negra), de palomas, de caballos (como el andaluz), de burros (como el asno zamorano-leonés), de cerdos (como el ibérico), de cabras (como la payoya), de vacuno (como el toro de lidia), o de ovino (como la oveja churra y la merina). Incluso hay una raza autóctona de camello, que es el camello canario.

Por otro lado se encuentran aquellas especies que se han introducido en el país con la mano del hombre de por medio, con diferentes fines económicos. Desde granjas peleteras a ventas de animales exóticos de compañía, lo cierto es que estas especies foráneas amenazan seriamente el ecosistema en el que se introducen. En algunos casos, las especies autóctonas han visto reducir sus poblaciones ante los invasores, como el caso del cangrejo autóctono, la malvasía común o el visón europeo. Algunas de las especies exóticas más voraces son el lucio, la cotorra, el visón americano, el copiú, el gamo o el muflón.

Finalmente resta dedicar un espacio al necesario in memoriam. Y es que hay muchas especies que a lo largo de la historia han dicho adiós por diversas razones, como la destrucción de sus hábitats. Entre dichas especies se encuentran el ostrero unicolor canario, la foca monje, la capra pyrenaica, el lobo levantino, el bucardo, el castor europeo, el lirón careto terrestre, el musgaño balear o el ratón de Malpaís.

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