Estas son las fiestas populares que no conocías de Madrid

No hay nada mejor que el ambiente que se crea entre las tradiciones más antiguas, el alma de una comunidad que se esfuerza cada año en mantener viva la esencia de sus hogares. Pues las fiestas populares son algo más que pasarlo bien, aunque de eso los municipios de Madrid no necesitan manual, si no que son un recordatorio constante de dónde venimos, quiénes somos.

Nosotros nos hemos alejado del centro y hemos viajado hasta esos pueblecitos de la capital donde los habitantes aportan su toque personal a las costumbres que nos unen como sociedad, ¿quieres conocerlas? Más allá de las verbenas, seguro que alguna de estas fiestas patronales te será desconocida.

LA VAQUILLA

Se celebra la vaquilla de Colmenar Viejo.
La vaquilla es una fiesta que se celebra en algunos pueblos de la Sierra Norte como Fresnedillas de la Oliva o Colmenar Viejo.

No a todos los españoles les gustan los toros… pero seguro que todos encontrarían cierta simpatía en la Vaquilla. Antes de nada: aquí los animales no juegan ningún tipo de rol. Esta festividad se lleva a cabo cuando llega el invierno y se ha convertido en parte del patrimonio cultural de Madrid, se dice que tiene su origen en antiguos ritos celtas, ritos que se han trasladado hasta lugares como Fresnedillas de la Oliva, Colmenar Viejo… Pero, ¿en qué consiste?

La imagen de la vaca es el núcleo de la celebración, pero de una forma totalmente distinta. Creada a partir de un armazón de madera, se decora con pañuelos, cuernos e incluso rosquillas para plasmar la esencia bovina. Un grupo de jóvenes dirigido por el Aguacil, la figura de autoridad, acompaña a esta peculiar vaca y marcha hacia la plaza para torearla creando un auténtico espectáculo de color y movimientos. Se reconoce fácilmente a los vaquilleros por su indumentaria: camisa blanca con cencerros colgando a las espaldas, una boina sobre las cabezas y complementos florales o pomposos de un vivo color rojo.

Cuando cada grupo termina de torear a su vaquilla llega la hora de seleccionar a la ganadora, que cae simulando el final del toreo. Más tarde, todos los habitantes se juntan alrededor de un gran festín compuesto por sangría y rosquillas, estos alimentos reemplazan al cuerpo y la sangre de la vaca, algo simbólico que pone el broche final a la celebración.

LA MAYA

Cada 2 de mayo Colmenar Viejo da la bienvenida a la primavera de forma exclusiva en un festival de colores y flores. Las niñas atraen todas las miradas, protagonistas de uno de los días que más alegría traen al pueblo, y la música llena las calles. ‘’Para la maya, para la maya, que es bonita y galana’’, suelen corear las familias mientras los vecinos depositan algunas monedas que contribuyen a la parte económica del cepillo.

Vestidas con la herencia familiar de madres y abuelas, coronas de flores y mantones de manila, cinco niñas se colocan en los altares preparados previamente por sus familias para honrar a la nueva estación venidera. Se colocan serias en lo alto, creando esa separación entre sus figuras y el resto de los habitantes. Pétalos de todos los colores se agrupan a los pies de las pequeñas, que pueden participar hasta los 13 años de edad y después, todos acuden a la Basílica de la Asunción para dedicar una ofrenda de flores. 

También se acoge en este día a la feria de los productores de la localidad, una oportunidad para probar ricos alimentos artesanales como mieles o quesos; y la celebración termina con todos juntos disfrutando del buen tiempo, de las coloridas mayas, de las flores y de la compañía de los seres queridos.

EL ESQUILEO

La pequeña localidad de Puebla de la Sierra también encuentra un hueco para honrar sus tradiciones más antiguas y recuperar ese oficio que antaño marcaba la vida de sus aldeanos. Estamos hablando de El Esquileo, una costumbre que se conmemora cada primer fin de semana de julio.

Su nombre ya te dará alguna pista sobre el tema de esta celebración, de la que los habitantes son testigos con nostalgia e incluso participan junto a sus herederos. En la zona recreativa de La Tejera, un claro donde predominan los pinos y se respira el aire limpio del bosque, se llevan a cabo distintas actividades durante el día como demostraciones que giran en torno al ganado y recreaciones de la labor más antigua de la serranía.

Pero no todo va a ser trabajo, porque más tarde los bailes tradicionales se adueñan de la música y los mejores danzarines, que a menudo suelen estar entre aquellas personas más tímidas, salen a demostrar sus habilidades. No importa si eres grande o pequeño, habitante o forastero, todos podréis disfrutar de comida, conciertos y mucha, mucha diversión.

EL CARNAVAL

El carnaval de siempre… con un toque distinto. Sabemos que tú también esperas con ansia la que es quizá, la festividad más esperada de todas. ¿De qué te vas a disfrazar la próxima vez? Porque si hay algo que predomina aquí son los atuendos extravagantes, las máscaras, la oportunidad de convertirse en alguien totalmente distinto y mezclarte entre otros extraños que ocultan su propia identidad para unirse a un nuevo mundo de fantasía.

Esta es una fiesta que se celebra en toda la Comunidad de Madrid y en otras comunidades como las Islas Canarias todavía adquieren mayor valor, pero hoy estamos aquí para hablar de los pueblos de la Sierra madrileña, que se han adueñado de ella para convertirla en algo más. ¿Por qué crees que comenzaron a celebrarse los carnavales de verano?
En vez de ser un espectador en la cabalgata, ahora puedes participar en ella y ser parte de ese desfile de batucadas, música y baile. Así recorrerás las calles del pueblo, hasta llegar a la plaza o al recinto ferial, donde todavía te esperan más música e incluso algunos puestecitos de fast food para la recena. Niños, adultos y hasta los más mayores se animan a participar en este día tan especial, donde todos son cómplices de la más antigua de las fiestas paganas.

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