Motivos para pasar un fin de semana en la Sierra madrileña

¿Quién dijo que Madrid no es para el turismo rural? Aunque hay una clara inclinación hacia esos grandes edificios de Callao, a las tiendas de Gran Vía y a los bares de las arterias que salen desde la Puerta del Sol: no tienes que conformarte con los parquecitos de la ciudad para encontrar un soplo de aire fresco, ni siquiera con El Retiro.

La capital tiene mucho más para ofrecer y si quieres pasar un fin de semana diferente, la Sierra Norte te está esperando. Estarás en Madrid… sin estar en Madrid, lo cual es un respiro de las aglomeraciones e inevitable ritmo de vida acelerado. Así que toma nota, porque te dejamos algunos de los sitios más interesantes y bonitos, dicho sea, para descubrir el entorno que cubre más de la mitad de la provincia.

LOS TESOROS NATURALES

La Pedriza

Seguro que has escuchado hablar de este parque de granito, declarado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1992. No hay día que pase sin que algún aventurero se vea atraído por su riqueza en flora y fauna, además de que hay rutas de senderismo para todos los gustos que recorren el paisaje.

Los escaladores suelen decidirse por subir hasta El Yelmo, que es el protagonista indiscutible de la Sierra de Guadarrama. Y más vale calzarse unas buenas zapatillas para pasar por las rocas y no olvidarse del agua, porque hay tramos donde la subida pesa. Si bien es cierto que, cuando estás allí arriba y ves lo que se extiende ante tus ojos, cualquier rastro de agotamiento queda atrás con el camino.

Una ruta más relajada es la que lleva hasta la Charca Verde, otro de los destinos populares sobre todo entre las familias. Se trata de un peculiar charco que adquiere una tonalidad esmeralda y parece sacado de un cuento. Eso sí, no te puedes bañar, aunque este nunca ha sido motivo suficiente para impedir que cada año reciba miles de visitas. El sendero que hay que seguir es sencillo y pasa por bosques de pino con tramos que siguen el cauce del río.

Navacerrada

El motivo perfecto para sacar la tabla de snowboard, los esquís o el trineo. Los amantes de los deportes de invierno esperan cada año a que las laderas se cubran de nieve para disfrutar de un día lleno de diversión. ¿Sabías que es la cuna de las estaciones de esquí españolas? No pasa nada si no tienes ni idea de qué hacer para no caerte sobre esa masa blanca que nos llena de ilusión cada vez que aparece, porque el puerto cuenta con pistas de diferente nivel para que te conviertas en todo un experto.

Y para cualquier otra época del año, una ruta que recomendamos es la de los Miradores. No os pasará inadvertido el motivo por el que esta es una de nuestras zonas favoritas para echar el día, con caminos que todo el mundo puede realizar y que os regalarán bellas panorámicas de lugares como el pico de La Maliciosa o el embalse.

PUEBLOS CON ENCANTO

No sería un pecado capital, pero está muy feo visitar la sierra y no acabar en alguno de estos pueblecitos. Aquí parece que se ha parado el tiempo, con sus callejuelas en piedra y los monumentos históricos que muestran la grandeza de siglos pasados.

Patones de Arriba

Único en la comunidad madrileña, se alza construido en pizarra y mantiene la tradición con sus pequeños detalles: descubre el oficio de los panaderos, el lavadero donde las mujeres se reunían también para intercambiar las últimas novedades o las casas antiguas donde los pastores convivían con las ovejas.

Como ves, su localización no es la única característica que nos atrae para conocer sus calles empedradas, porque aunque el ambiente natural que lo rodea es exquisito, no por nada ha sido declarado como Bien de Interés Cultural. Además podrás ir hasta su vecino, Patones de Abajo, en una pequeña ruta para reunir a tus personas favoritas y compartir con ellas la tranquilidad que lo envuelve . Eso sí, no olvidéis visitar algún bar o restaurante para comer, os encantará la comida local.

Buitrago de Lozoya

Si te pareció interesante Patones, el Conjunto Histórico-Artístico de Buitrago de Lozoya no se queda atrás. Lo primero que nos llama la atención del municipio es su casco antiguo, que nos recuerda a las historietas de caballeros y princesas que volvieron loco a Don Quijote. El Castillo que conquista nuestra atención nada más llegar es la fortaleza de los Mendoza, familia que se impuso ante el arte musulmán. La muralla es quizá el ejemplo más destacado que se mantiene del diseño árabe y para llegar hasta aquí pasarás junto al río con el que comparte nombre, el Lozoya.

Uno de los planes favoritos para hacer en este pueblo es coger una pequeña nevera que lleve algo fresquito, acompañarla de unos buenos bocadillos y caminar por la vegetación hasta los alrededores del embalse del Riosequillo. Cuando hace buen tiempo, claro. Los niños disfrutan mucho a orillas del lago, jugando en este gran espacio verde al aire libre y los adultos… ¡Los adultos también! ¿A qué estás esperando?

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