10 refranes asociados a lugares de España

Qué rico es nuestro vocabulario que nos permite, mediante los refranes, decir de forma sarcástica, o velada, lo que queremos expresar. Es posible que utilices muchos de ellos, pero seguramente, no conoces el trasfondo que tienen, esa historia original que le ha llevado a mantenerse en nuestros días.

No tenemos muy claro qué tendrán la luna de Valencia o Babia para que nos vayamos de vez en cuando a visitarlos. O dónde se esconden todas las sillas que perdimos cuando nos fuimos a Sevilla. Y tenemos la duda de si pasamos una noche toledana, ¿es jauja? 

Hoy queremos que conozcas 10 de nuestros refranes más famosos, y dónde se localizan en concreto. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, vamos a hacer un recorrido por todos esos lugares y… ¡ancha es Castilla!

Irse por los Cerros de Úbeda

Centro de Úbeda

Parador de Úbeda

Seguro que has escuchado esta expresión alguna vez, y seguramente era porque te estabas desviando del tema principal que estabas hablando. Pues este refrán nos transporta directamente hasta la provincia de Jaén, en la que se encuentra una de sus poblaciones más bonitas: Úbeda.

Cuenta la historia que en mitad de la batalla para volver a tener la posesión de Úbeda, el Rey se dio cuenta de que faltaba un escuadrón. El alférez que se encargaba del mismo, al presentarse ante el Rey, le dijo que se había perdido por los cerros de Úbeda.

Estar en Babia

Naturaleza en Babia

Las montañas de Babia

El segundo refrán que te enseñamos, nos hace viajar hasta la provincia de León, y en concreto, hasta la zona de Babia que es la que a veces, nos hace permanecer un poco ausentes.

El refrán viene de cuando los reyes de León decidían marcharse unos días a esta localidad, para desconectar de todo lo que pasaba en el reino, y estar tranquilos. Cuando alguien preguntaba por ellos, los súbditos contestaban que los reyes estaban en Babia.

Esto es jauja

Alper Çuğun-FLICKR

Alper Çuğun-FLICKR

Viajamos ahora hasta Córdoba, justo en la frontera con Sevilla, donde Lope de Rueda situó uno de los escenarios de sus obras. En ella, contaba las bondades de una tierra próspera y algo fantasiosa en la que hay ríos que en lugar de agua, llevan miel, y en los árboles hay pasteles.

Otros dicen que es Jauja, pero esta vez en Perú, aunque en cualquier caso, lo que viene a contarnos este refrán es la abundancia y la prosperidad.

Tener más moral que el Alcoyano

Alcoy con puente y vistas

La ciudad de Alcoy

La cuarta visita que hacemos es a Alicante, donde nos situamos en la población de Alcoy, de la que es el famoso equipo de fútbol sobre el que habla este refrán.

Se dice que tras una enorme goleada, los jugadores de este equipo saltaron al campo convencidos todos ellos, de la remontada que les daría una victoria.

Quien se fue a Sevilla, perdió su silla

Enric Rubio Ros-FLICKR

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Este es uno de los ejemplos de cómo ha ido modificándose el dicho a través de los siglos. Y es que, en el ecuador de nuestro viaje por los refranes españoles, nos situamos en Sevilla, y en Santiago de Compostela, que serán los escenarios para comprender de dónde viene.

Resulta que el Arzobispo de Sevilla tenía un sobrino al que se nombró Arzobispo de Santiago, pero al no saber manejar la situación en una revuelta Santiago de Compostela por la inexperiencia, el segundo le pidió al primero intercambiarse los puestos. Cuando Santiago estuvo controlada, el primero quiso volver a Sevilla, pero el sobrino no quería irse de la ciudad andaluza.

Pasar una noche toledana

Centro de Toledo

Toledo y sus vistas

La sexta parada la hacemos en una ciudad que deberías visitar: Toledo. Un rincón de contrastes y con mucho encanto, en el que situamos este refrán.

Su origen tiene lugar en la noche de San Juan, cuando las mujeres de Toledo creían que se casarían con el hombre del que escucharan su nombre a partir de las doce de la noche. Por eso, estas mujeres no podían dormir del nerviosismo, y por eso se dice que una noche en la que no hayamos dormido, ha sido una noche toledana.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid

santiago lopez-pastor-FLICKR

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Nos desplazamos ahora hasta Castilla y León para conocer un poco más a fondo por qué hay un refrán que nos sitúa la provincia de Valladolid en el mapa.

Resulta que durante el siglo XVI, la ciudad era la capital del Reino, hasta que en el año 1560, cuando Felipe II, decidió trasladarla a Madrid, alegando que una capital esplendorosa, no podía tener un río tan poco caudaloso. 

Estar entre Pinto y Valdemoro

Valdemoro centro

La Plaza Mayor de Valdemoro

Nos desplazamos hasta el centro, hasta la Comunidad de Madrid, donde nos encontramos con el escenario de otro de los refranes que utilizamos para referirnos a una indecisión.

Son muchas las teorías sobre su origen, pero una de las históricas data del siglo XIII, cuando había una disputa por estas dos tierras, que Fernando III terminó por resolver dándole Pinto a Madrid, y Valdemoro a Segovia. ¿Cómo hizo esta distinción? colocando varios hitos, que aún hoy son visibles.

Durante la construcción de los mismos, el rey estuvo presente, por eso, cuando alguien preguntaba por él, le contestaban que el rey estaba entre Pinto y Valdemoro

Estar en la luna de Valencia

Emanuele-FLICKR

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Llegando casi al final de nuestro viaje por el refranero español, hacemos una parada en la provincia de Valencia, que tiene mucho que ofrecer al turista.

A lo que se refiere es a la frustración de algunas de nuestras expectativas pero, ¿de dónde sale este refrán?. Se dice que de la gente que llegaba a Valencia con las puertas de la muralla ya cerradas, que tenían que quedarse a esperar en un banco con forma de herradura que se conocía como luna, una palabra árabe.

Tomar las de Villadiego

Centro de Villadiego

La Plaza Mayor de Villadiego

Nuestra última localización del refranero español la encontramos en la provincia de Burgos, donde nos encontramos con la localidad de Villadiego, que está muy ligada al pueblo judío y a Fernando III, según cuenta su origen.

Se dice que el rey llevó a todos los judíos de la provincia a este pueblo, haciéndoles un distintivo muy llamativo que no llevaban los de otras provincias. En este caso eran unas calzas amarillas. 

Lo que viene a explicar este refrán es que si eras judío, debías escapar y esconderte, tomando las de Villadiego.

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