Una visita a Combarro

A tan solo 6 kilómetros de Pontevedra nos encontramos con esta preciosa población de la que estamos seguros de que no te querrás ir.

Con una estructura que viaja, y hace viajar al turista unos cuantos siglos atrás, la magia se sirve en bandeja a medida que nos vamos acercando a su casco histórico. Es sin embargo en los alrededores, donde el paisaje cuenta con el protagonista de excepción de las Rías Baixas.

No sólo decimos nosotros que Combarro es impresionante. Su belleza le ha servido para conseguir el reconocimiento de Conjunto Histórico Artístico desde el año 1972.

¿Qué tiene de especial?

Desde el escenario en el que se presenta, hasta los pequeños elementos que lo forman, cautivan a todos los visitantes.

Dentro de su estructura, lo que le hace verdaderamente especial son sus construcciones típicas; como es el caso de los cruceiros, las casas marineras y los más de 60 hórreos con los que cuenta.

Los hórreos

Alberto Perdomo-FLICKR

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Indiscutiblemente al pensar en Combarro, o en cualquier otro lugar de Galicia, nos asalta la imagen de un hórreo, y es que antiguamente eran construcciones muy comunes donde se almacenaban algunos elementos esenciales para sus habitantes.

En un inicio se construían con paja y cañas; pasando después a ser reformados con piedra, lo que ha permitido que se conserven hasta nuestros días sin apenas imperfecciones.

Concretamente hay más de 60; y 30 de ellos se encuentran muy cerca del mar, casi precipitándose.

Los cruceiros

Contando Estrelas-FLICKR

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Estas construcciones tienen un origen celta. Se localizan normalmente en una zona elevada, y consisten en una cruz tallada en la piedra, con algún motivo religioso.

Antiguamente se colocaba en los lugares que se quería proteger.

En Combarro hay unos cuantos, y una de sus curiosidades es, precisamente que en todos menos en uno, la imagen de la Virgen orienta su mirada hacia el mar; mientras que la del Cristo se dirige hacia la tierra.

Las casas marineras

Son una constante en todo el pueblo, pero sin duda adquieren mayor protagonismo en sus callejuelas del casco antiguo, como es el caso de la Calle A Rúa.

Gabriel González-FLICKR

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Como esta parroquia tiene un pasado marinero, no resulta difícil encontrar este tipo de elementos que le aportan sin duda, una personalidad propia.

 

Como ves, esta zona es una perfecta mezcla entre el ayer y el hoy. Un lugar en el que las comodidades del hoy recuerdan, con su panorámica, al ayer.

 

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