La Tomatina de Buñol

En España tenemos unas cuantas tradiciones de lo más curiosas. Está, por ejemplo, nuestra celebración de la Semana Santa, la Nochevieja en agosto que se hace en Granada…

Pero, probablemente, la más conocida de todas es la Tomatina de Buñol, uno de los pueblos de Valencia.

La Tomatina es una celebración tradicional que se hace el último mes de agosto, coincidiendo con las fiestas patronales de Buñol.

Consiste en una batalla campal cuya arma de guerra son los tomates, y se realiza a lo largo de la plaza mayor y algunas de las avenidas principales de la localidad. Es especialmente divertido si te quedas a la “noche de la empalmà”, que se refiere a la noche anterior, en la cual nadie duerme y se abren todo tipo de chiringuitos para aguantar despiertos hasta el amanecer.

Antes de la Tomatina hay algunos juegos y eventos preliminares, como el “palo jabón”. ¿Qué es esto? Pues como en el Grand Prix que muchos extrañamos, consiste en subir por una resbaladiza cucaña de varios metros para intentar llevarse uno de los premios que cuelgan de lo alto, habitualmente una buena pata de jamón.

¿Cómo se desarrolla?

La batalla comienza sobre las 11 de la mañana, cuando varios camiones cargados con toneladas de tomates entran en las calles y empiezan a repartir la “munición” entre los más de 20.000 participantes que suele haber todos los años.

Desde los tráileres de los camiones, algunos vecinos que van subidos en ellos van lanzando los tomates a los asistentes, y ahí empieza el fuego cruzado.

Llegados a cierto punto, los camiones vuelcan el resto de los tomates que quedan y estos se desparraman por las calles. Muchos de los participantes aprovechan para lanzarse y nadar entre los restos de comida que quedan sobre las aceras.

La batalla dura aproximadamente una hora, y cuando termina, un equipo especializado de limpieza se dedica a dejar las avenidas como nuevas. Aunque en la mayoría de las ocasiones, los propios vecinos también echan un cable. Es un pequeño precio a pagar voluntariamente por tal diversión.

Para lavarse, en la calle se suelen disponer de mangueras. Además, las aceras suelen quedar casi más limpias de lo que ya estaban gracias a que la acidez de los tomates se lleva parte de la suciedad.

¿Cómo prepararse para la Tomatina?

La preparación para esta fiesta no tiene demasiado misterio. Tienes que asegurarte de sacar tu entrada para que los guardias de seguridad lo revisen al pasar al recinto donde se dará la Tomatina.

Asegúrate de llevar calzado cómodo y ropa que no te dé mucha pena manchar, porque vas a volver a tu casa o alojamiento un hecho un pequeño desastre y oliendo a gazpacho andaluz. De la misma manera, es conveniente llevar algún tipo de protección para los ojos, como gafas de buceo o similares.

Además, existen algunas reglas para garantizar la seguridad de los asistentes y evitar accidentes…

Las reglas de la Tomatina:

  • No se puede entrar con botellas u otro tipo de objetos arrojadizos al interior del recinto. Pueden hacer daño si golpean a alguien, así que exclusivamente se pueden lanzar tomates.
  • No se debe romper la ropa de otros participantes. No se vale ningún tipo de tirón que ponga en riesgo la integridad física de otros.
  • Hay que asegurarse de espachurrar un poco los tomates antes de lanzarlos, no sea que a alguien le acabe saliendo un chichón del tamaño del propio tomate.
  • Se tiene que tener mucha precaución cuando los camiones pasen por las calles, incluso aunque siempre conduzcan a una velocidad bastante lenta.
  • No se pueden lanzar más tomates después de los disparos que anuncian el fin de la Tomatina.
  • Si quieres hacer fotografías de recuerdo, es mejor que lleves una GoPro o algo resistente a los líquidos.

¿Qué otras cosas se pueden ver en Buñol?

La Tomatina no es el único atractivo de Buñol. Al fin y al cabo, es un evento que dura apenas unas pocas horas y el día es muy largo como para irse sin más.

Algunos de los enclaves culturales y patrimonio de la ciudad son:

  • El Auditorio de Música. Con forma de hemiciclo que recuerda un poco a un coliseo o anfiteatro, es ideal para las funciones nocturnas debido a las bonitas vistas de fondo que tiene.
  • El Castillo de Buñol. Una construcción del siglo XIII con dos pequeños fosos, uno de los cuales alberga parte del casco urbano y sus monumentos, como el Palacio Gótico.
  • El Museo Arqueológico. Se encuentra en el recinto del castillo, dentro del Palacio de Mercader. Incluye una colección con objetos antiguos del Neolítico, el Paleolítico, y otros restos.
  • El Museo Etnográfico. Está en el interior de la iglesia del Salvador, construida en el siglo XIII. En el interior hay sobre todo objetos que se utilizaban para labores agrícolas, y algunos artículos del hogar.
  • El Cementerio de Buñol. Es especialmente curioso por los símbolos y referencias a la masonería que existen en algunas de sus estructuras y tumbas. El cementerio se inauguró en 1886, y en una parte de él se enterraba a la gente que no comulgaba con la iglesia católica.

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