Ruta por los castillos del Sió en Lleida

Esta ruta transcurre a lo largo del río Sió -de ahí el origen de su nombre-, en la provincia de Lleida, con castillos situados estratégicamente como puntos defensivos, puesto que el río, en su época, servía como frontera con Al-Andalus.

Aunque no solamente vas a encontrar encanto en los castillos, sino que un paisaje de abundante vegetación verde, ofrece un mágico enclave donde viajar a tiempos pasados.

Es una ruta que se puede hacer de varias maneras, pero la recomendación que te damos es que sea en coche, puesto entre cada castillo puede haber bastante distancia y más aún, si quieres completarla en un solo día.

Sin más nos adentramos en la ruta… ¿Nos acompañas en este viaje a la Edad Media?

1. CASTILLO DE MONTSONÍS

En la localidad homónima, encontramos el primer castillo de nuestro recorrido.

Su esplendor de antaño todavía es palpable a través de los robustos muros que componen esta impresionante fortaleza.

A día de hoy, hay una parte privada, mientras que otra parte está abierta al público, pudiendo recorrer su interior imaginando cómo era la vida en un castillo medieval.

Además, fue de los primeros en abrir sus puertas y en su interior alberga la sede de la Fundación Castillos Culturales de Cataluña.

2. CASTILLO DE MONTCLAR

Está ubicado en Montclar, presidiendo la localidad desde su emplazamiento, en la comarca del Urgell, y es uno de los más antiguos de la zona.

Sus orígenes datan del siglo X, época en la que ya se tiene registro de él, y se levantó en torno a los restos de una torre romana.

Está considerado como Monumento Nacional Histórico-Artístico, y, aunque fue construido como fortaleza defensiva, también tuvo uso como residencia para nobles de la época.

3. CASTILLO DE FLOREJACS

Florejacs es donde encontramos este impresionante conjunto medieval que fue mandado construir por Arnau Mir de Tost, señor de Àger, allá por el siglo XII.

Desde su posición dominante en el pueblo, el torreón nos ofrece una preciosa etapa de la villa, y donde, además es posible alojarse o celebrar eventos de distinto tipo.

4. CASTILLO DE LES SITGES

Su historia va de la mano del Castillo de Florejacs, puesto que se encuentra dentro del mismo término municipal.

A pesar de que su construcción inicial data del siglo XI, la mayoría de elementos que lo componen son del siglo XIV.

La misma rama familiar, aunque con diferentes títulos nobiliarios, ha sido la encargada de mantenerlo y, en la actualidad, sirve como lugar para eventos culturales y sociales.

5. CASTILLO DE LES PALLARGUES

En su inicio, se alzaba únicamente una torre defensiva, y con el paso de los años, se fueron uniendo espacios, hasta convertirse en una casa señorial magnífica.

En su fachada sobresale el arco gótico, con nada menos que 13 metros de altura, y su interior guarda un pozo en el que brota el agua, algo imprescindible en la época en caso de asedio al castillo.

Gracias a su rehabilitación, manteniendo las estructura y elementos originales, el castillo ganó el premio Catalunya Nostra, el cual otorga la Fundació Castells Culturals de Catalunya.

6. CASTILLO DE FORNÓS

Era la residencia de los condes de Urgel y su nombre, en castellano, significa Castillo Hermoso, y fue construido sobre los restos de una antigua fortaleza árabe del siglo IX, aunque posteriormente, en la Revuelta del Conde de Urgel, fue destruido en gran parte y, después, es reconstruido.

Está situado en la localidad de Balaguer, desde donde se puede disfrutar de una preciosa vista desde su zona amurallada.

7. CASTILLO DE CONCABELLA

En la localidad del mismo nombre, dentro del municipio de Els Plans de Sió se erige el castillo más grande de toda la ruta y de la comarca de Segarra, cuyos primeros datos que se conocen son del año 1031.

Más tarde el linaje de los Erill son los responsables de transformarlo en un palacio, durante el siglo XVI.

Cuenta con su propia leyenda, en la que se dice que un barbero de Concabella, en venganza por el derecho de pernada de la época, mató al noble de turno y acabó siendo decapitado, exponiendo su cabeza junto a la torre del castillo como señal de advertencia al resto de la población.

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