Planes para una escapada a Calpe

Benidorm es una de las zonas costeras más turísticas de España. Tanto es así, que hay un buen porcentaje de extranjeros entre ingleses, italianos y otros que lo llenan todos los años, sumados a los españoles que deciden optar por el turismo nacional.

Es por eso que está siempre tan masificado, pero no te aflijas. La costa alicantina tiene muchos otros lugares con encanto. Hay varios pequeños pueblos y urbanizaciones, como Altea, o Moraira, que están por la misma zona.

Hoy, sin embargo, nos vamos a centrar en Calpe. Desde este pueblo se pueden ver los altos edificios de apartamentos que hay junto a la playa de Benidorm, así que te puedes imaginar lo cerca que está.

Este pueblo es una de las joyas de la Costa Blanca, lleno de encantos y lugares en los que te podrás desenvolver y pasar unas relajantes vacaciones.

Te recomendamos que primero busques un buen apartamento u hotel para asegurarte un buen descanso, y a continuación te contaremos que es lo más interesante que puedes hacer por Calpe y sus alrededores.

1. Subir al Peñón de Ifach

El Peñón de Ifach es la joya de la corona de toda esta parte de la costa alicantina. Es una gran roca de más de 300 metros que se alza dividiendo las orillas de Calpe en la playa de la Fossa y la zona pesquera.

Existe un sendero y una pequeña ruta para poder acceder al pico más alto del peñón. El primer tramo es bastante fácil y perfecto si te gusta andar o dar paseos sencillos con asiduidad. Par la segunda parte, en cambio, recomendamos ir con algo de calzado cómodo y seguro, pues hay que atravesar un pequeño túnel cuyo suelo está húmedo y es ligeramente resbaladizo.

Al salir del mismo, te encontrarás prácticamente en la cima, desde la cual puedes observar el pueblo entero y parte de los de alrededor, así como ver el mar con mayor amplitud. Es una postal ideal para llevarte un recuerdo.

Además, en una de las laderas del peñón hay unos yacimientos arqueológicos que datan de los tiempos medievales. Se trata de los restos de un antiguo pueblo conocido como la Pobla de Ifach. Un interesante y misterioso aderezo que enriquece los encantos del peñón.

2. Pasar el día en la playa de la Fossa

También conocida como la playa de Levante, es la más larga que posee el municipio de Calpe. Hay algunas otras pequeñas calas en otro lado del peñón, o más allá de la localidad, pero la Fossa es la más visitada.

Y no es para menos, ya que cuenta con el certificado de bandera azul que la cataloga como una playa de aguas limpias.

Su arena dorada invita a posar la toalla y tomar el sol. Cuando tengas mucho calor, puedes bañarte sin problemas en sus aguas cristalinas en las que a veces flotan algas posidonias, símbolo de que las aguas son de lo más sanas. La temperatura de la misma es bastante templada, así que los frioleros no tienen nada que temer.

Pese a que mucha gente va a visitarla, nunca se llena del todo y suele haber huecos disponibles para plantar una sombrilla. En total tiene casi un kilómetro de longitud, y unos 40 metros de anchura dependiendo de cómo anden la pleamar y la bajamar.

No tiene muchas olas, pero hay gente que gusta de practicar pesca, paddle-surf, o navegar en moto acuática por los alrededores.

3. Visitar Terra Mítica

No está precisamente, al lado, pero es cierto que se puede llegar en coche en un corto trayecto de unos treinta minutos. Es un plan de reserva perfecto por si algún día os quedáis sin nada que hacer.

Es uno de los parques de atracciones más populares de toda España, cuya temática está centrada en algunas de las civilizaciones antiguas más importantes de la historia, como la romana, la egipcia o la griega.

Tiene atracciones de todos los tipos, incluidas las de agua para los días en los que el sol pega fuerte. Muchas de ellas están planeadas para toda la familia, de modo que se puedan divertir tanto los adultos como los niños.

Algunas de sus atracciones más populares son: el Vuelo del Fénix, una atracción de caída libre; Synkope, que funciona como un péndulo; o la Furia de Tritón, una de agua con caídas de 10 a 15 metros.

4. Disfrutar del ambiente nocturno

La vida sigue durante la noche en el paseo marítimo de Calpe. Al caer la noche, junto a la playa de la Fossa nacen un montón de puestos ambulantes en los que podrás comprar algunos recuerdos artesanos.

Hay varios que son de lo más populares, como el puesto de jabones con una gran variedad de exóticos olores, el puesto de carpintería donde hacen pequeñas tallas a mano, u otros tantos en los que se venden los típicos abalorios de playa.

Por supuesto, en esta zona abundan los restaurantes, pubs, y también hay alguna que otra discoteca. Todos ellos cuentan con happy hour y música moderna para pasar un buen rato, ya sea de fiesta o en calma.

Uno de los planes favoritos de la gente de por allí es el de comprarse una copa o cucurucho de helado artesanal y sentarse en el muro del paseo o en la propia arena para escuchar el oleaje por la noche.

5. Visitar los monumentos del casco urbano de Calpe

No todo en el pueblo puede ser playa, playa y más playa. En el interior del mismo hay varios bonitos e interesantes monumentos que se merecen una visita. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Los Baños de la Reina. Forman parte de un yacimiento arqueológico de antiguas piscinas naturales en los que se decía que acudía a bañarse una reina mora.
  • Castillo Musulmán de Calpe. Se alza junto al barranco del Mascarat, y se utilizaba como torre de vigilancia para evitar los ataques de los piratas. Data aproximadamente del siglo XVI.
  • Ermita del Salvador de Calpe. Se encuentra situada en lo alto de una colina, se empezó a construir en el siglo XVIII y sigue un estilo gótico.
  • Casa Nova de Calpe. Es una especie de masía que se utilizaba como bastión de defensa, con planta rectangular. Se encuentra mayormente construida en piedra y destaca sobre el resto de los edificios del pueblo.

6. Ver las Salinas y acercarte a la pequeña feria

Un plan perfecto y relajante para una tarde tranquila. Las salinas se encuentran unos metros tras la playa de la Fossa y los apartamentos de primera línea.

En estas masas de agua habitan varios animales variopintos, tanto acuáticos como terrestres, aunque los que más destacan son los famosos flamencos rosas.

Además, cerca de las salinas o del paseo marítimo suele instalarse una pequeña feria itinerante con atracciones para los más pequeños, como algunos trampolines, el típico trenecito o un castillo hinchable.

El encanto de este paisaje se realza especialmente al atardecer, cuando los últimos rayos del sol mueren reflejados sobre el agua.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *