Casas Rurales para Dos Personas en Sierra Norte de Madrid

El tiempo para el fin de semana pintaba muy mal, y al final las previsiones se cumplirían: estuvo lloviendo desde el momento en que llegamos hasta el momento en que nos fuimos. No obstante, como nos afirmó Merche, podía ser la ocasión de gozar de veras de la casa en lugar de aparecer únicamente a última hora. Y de esta forma hicimos. Entre fríos y aguas aprovechamos para reposar reposadamente en la habitación, con el sonido de la lluvia de fondo.

Terminamos de volver a la capital española tras habernos dejado en Braojos dos años cuando menos. Perfecto el entorno, la casa, el pueblo, sus gentes, y evidentemente el trato de Juan Andrés y Marisa, uno la información hecha disfrute y el trabajo mudo. Si tiene todos y cada uno de los alicientes para aconsejarla, yo añadiria que es idónea para los que agraden de las carreras de montaña, de la bici de montaña para rodar por buenos caminos y para finalizar para los que gozan con largos paseos con sus perros.

La Posada de los Vientos, hace pocos amaneceres… llegué, miré y me quedé. Este comentario no va solo para una Posada cualquiera, para una gente cualquiera, para un pueblo cualquiera, mis letras son para un sitio donde descansé, un edén encontrado a un paso del bullicio inaguantable de la capital española. Mis palabras son para unas personas (Juan y Pilar) que saben tratar y animar a un ser expectante de calma con grandes dosis de calor y tierna amistad.

No hay duda de que para gustos los colores, mas cuando a doce personas les semeja estupendo un sitio que visita, es que les ha agradado. Se accede a la casa por un camino, y un camino es lo que tiene, que carece de asfalto. Mas fuimos con turismos normales y pudimos entrar sin inconveniente. La casa es enorme, cómoda y con todos los detalles. Las habitaciones están en estancias separadas, cosa que viene realmente bien cuando uno desea reposar y separarse un tanto del resto de visitantes.