Posada El Mirador

Nuestro alojamiento está situado en Soba, en Cantabria, en pleno núcleo urbano rural y con hermosas vistas del valle y las montañas. La casa, de construcción típica montañesa en piedra y madera, y cuya orientación le dota de gran eficiencia energética, pone al servicio del huésped una serie de servicios e instalaciones que este no podrá dejar de apreciar.

La posada divide sus 10 plazas disponibles en 5 habitaciones. De ellas, una es individual; otra es una habitación de matrimonio, ideal para una pareja; 2 son dobles con camas individuales, para familias; y la última es una habitación triple.

Esta distribución convierte a la casa en una opción perfecta tanto para familias como para grupos de parejas o amigos que quieran embarcarse en una ruta o una serie de actividades, en pleno corazón rural de Cantabria.

Las habitaciones disponen de los mismos servicios, más allá de la ropa de cama y los muebles de almacenamiento. Cada una tiene su propio cuarto de baño completo, y una televisión que se puede ver desde las camas, por lo que el entretenimiento dentro de la propia habitación está asegurado. Asimismo, todas disfrutan de calefacción, para los días y noches más fríos. Desde las habitaciones se puede acceder a internet, por lo que nada estorba al huésped de mantenerse informado y conectado con el mundo.

Fuera de las habitaciones, los huéspedes tienen la opción de disfrutar de otros servicios e instalaciones. El recinto sirve desayunos, comidas y cenas, con menú, todo ello en su zona de restaurante, con paredes de piedra que refuerzan el ambiente rústico, y decoración que recuerda a pueblo y montaña.

El interior de la casa está ornamentado con útiles y herramientas del ámbito rural, para trabajar la tierra y lidiar con las bestias, lo que convierte la posada en un pequeño museo. Una galería con una impresionante panorámica del valle de Soba redondea las instalaciones interiores, dotándolas de un lugar donde relajarse a contemplar las vistas, reunirse o leer. 

En el exterior el huésped encontrará una zona de aparcamiento para él, por lo que es fácil moverse desde el alojamiento a todos los puntos de interés cercanos. En el terreno hay, además, una granja con ganado y un huerto ecológico, todo ello señales de la tradición ganadera y agrícola de los propietarios. Al tratarse de una parada obligatoria de la primera etapa de la ruta GR-74, tienen un libro de firmas para los que están realizando la ruta, además de poder proporcionar un diploma por estar recorriéndola; también están más que dispuestos a informar sobre las etapas de la ruta, además de sobre la zona y sus atractivos, ya que organizan múltiples actividades turísticas y de aventura en los alrededores, de las que el huésped puede informarse y participar.

El emplazamiento de la casa lo sitúa en un lugar perfecto desde el cual contemplar el nacimiento del río Gandara, la Sierra de Hornijo y los Collados del Asón, así como otras montañas de Cantabria y Euskadi.

El Parque Natural Collados del Asón y su red de cuevas queda muy cerca, y la estancia en la posada incluye una ruta gratis. También a mano quedan las Cuevas de Ojo Guareña, en Burgos, el complejo kárstico más importante de España. Un poco más lejos, pero que también deben ser visitados, están el Parque Natural de Cabárceno y las Cuevas del Soplao, cuyas estalactitas crecidas en múltiples direcciones asombran a cuantos las visitan. A todos estos lugares la posada organiza rutas y visitas.

En cuanto a otros lugares de obligada visita, se encuentra la capital, Santander, con sus hermosas playas y su arquitectura, especialmente el Palacio de la Magdalena y la playa del Sardinero. No debe olvidarse, sin embargo, las ciudades y pueblos más pequeños, con gran encanto también; así, tenemos Comillas, con el Palacio de Sobrellano y el Capricho de Gaudí, y Santillana del Mar, uno de los pueblos más bonitos del país.