Masía El Royal

Esta casona del siglo XVII, restaurada conservando los materiales originales, se encuentra a 2 kilómetros de Villarroya de los Pinares, en la Comarca del Maestrazgo aragonés que forma parte de la provincia de Teruel.
 
Hasta un total de 12 personas pueden alojarse entre las 5 habitaciones disponibles, repartidas en las dos plantas de la casa.  3 de ellos son dormitorios con cama de matrimonio y baño completo exclusivo, uno de ellos además con acceso al solárium. Los 2 dormitorios restantes tienen 2 camas individuales cada uno. En la planta baja se encuentra uno de los dormitorios de matrimonio, y el resto se distribuyen en la planta primera. En caso de no ser suficiente, se puede contar con 2 camas supletorias adicionales. El mobiliario es de estilo rústico, en madera oscura o pintada de blanco, con formas y colores que varían en cada habitación, haciéndolas particulares y diferentes al resto.

El salón, de amplio tamaño, tiene una chimenea enfrente de la cual se reúnen dos sofás y 2 sillones, y no falta tampoco una televisión. El comedor es una estancia aparte, y da cabida a 12 personas alrededor de su mesa de madera. Aparte de estas dos estancias, una biblioteca y un estudio con escritorio completan las salas con utilidades para el descanso y esparcimiento en el interior de la casa, que incluye una colección de juegos para pasar el rato.

La cocina, amplia y hogareña, está completamente equipada, sin faltar una amplia colección de electrodomésticos además de toda la vajilla y cubertería necesarias; en la estancia hay, además, una mesa para 6 personas, en caso de necesitarse como apoyo para la preparación de alimentos o para comer en un grupo más reducido.

Se cuentan en total 4 baños y un aseo, este último en la planta baja, con inodoro y lavabo; queda otro baño en la planta baja, y el resto en la superior, todos ellos con radiadores y toalleros y cerámica en su construcción, al contrario que el resto de la casa, donde prima la piedra original de la masía y las vigas de madera.

Entre los servicios con que cuenta la casa, se incluye una lavadora, así como calefacción en todas las estancias, que las mantiene cálidas durante las horas más frías. El estilo rústico nunca falla a la hora de dar esa sensación de familiaridad y tranquilidad, y esta masía destila esa emoción por cada una de las piedras de sus paredes. La casa, además de ser un lugar ideal para familias, admite animales, que podrían disfrutar grandemente del entorno que les rodea.

Además del solárium, en la planta superior, entre las estancias que dan al exterior de la masía tenemos el porche de entrada, con mobiliario de madera, cubierto por una pérgola que se extiende hasta la barbacoa y una mesa con 6 sillas. La zona de aparcamiento queda delante de la casa, y alrededor se extienden 140 hectáreas de vegetación propia del monte aragonés: enebros, pinos, chopos y arbustos bajos. Al pie de la casa queda una laguna, que destaca entre el verdor del resto del valle y lo convierte en una visión sumamente placentera.

El paraje se presta a múltiples actividades en plena naturaleza, entre las que destacan senderismo y bicicleta de montaña, así como barranquismo por las zonas más escarpadas.

Se puede también aprovechar la época adecuada para realizar paseos y recoger hongos y setas, que proliferan por la zona. Si el huésped tiene ojo, puede que tenga la suerte de encontrar fósiles de animales invertebrados de la era cretácica en alguno de sus paseos.

El nacimiento del río Guadalope, afluente del río Ebro, no queda lejos, y es un paraje singular que no debe dejar de visitarse; hay varias rutas y senderos que recorren el río y que llevan a su nacimiento.

A veinte minutos en coche quedan las pistas de esquí de Valdelinares, a las que se puede acudir en invierno a practicar algunas variedades de este deporte.

Muy cerca quedan también Aliaga y su Parque Geológico, el primero de España, y además de poder realizar paseos y excursiones de todo tipo de dificultad por los paisajes del parque, en Aliaga se pueden visitar las diferentes pedanías, las construcciones medievales que la salpican y las fiestas patronales que organizan.

A algo más de distancia podemos encontrarnos en Dinópolis, un "parque jurásico" lleno de fósiles autóctonos y múltiples actividades didácticas que muestran el pasado más remoto de estas tierras.