Casa Teresa Rural

Ubicada en La Iglesuela del Cid, esta casa rural es el espacio ideal para acudir con los amigos a un pueblo turístico e histórico, por el que se cuenta que pasó el Cid varias veces, y disfrutar de la tranquilidad de la localidad y los productos locales.

El edificio de esta casa se construyó en 1916 como casa agrícola regentada por una familia numerosa. Se reformó en el 2009 como casa rural, incluyendo todas las comodidades modernas necesarias.

Con capacidad para 24 personas, esta casa rural se divide de la siguiente manera:

• 6 dormitorios triples decorados en distintos colores a los cuales se les puede añadir una cama supletoria.

• 6 cuartos de baño completamente equipados integrados en las habitaciones.

• Un salón-comedor en la planta baja con un espacio de lectura situado frente a la chimenea y una zona de entretenimiento situada frente a la televisión. Además, la sala incluye una mesa de juego para divertirse en grupo.

• Una cocina completamente equipada con todos los electrodomésticos necesarios para que los huéspedes puedan realizar sin problemas las tareas domésticas. Además esta estancia incluye una barbacoa interior que tiene espacio para hornear jugosos platos al aroma de la leña.

• Una zona de lectura en la buhardilla que permite relajarse, jugar y ver en la televisión una película distinta a la del piso de abajo.

• Un patio con jardín para saborear comidas al aire libre y disfrutar de las vistas al entorno.

La casa dispone además de:

• Tronas y cunas para bebés previa solicitud.

• Calefacción central para mantener la casa a una temperatura constante.

La Iglesuela del Cid es una pequeña población turolense de 462 habitantes y 40 kilómetros cuadrados cuyo casco urbano fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982. Ubicado dentro del casco urbano se encuentra el Ayuntamiento, formado por la torre del castillo y sus mazmorras. Fue edificado por los templarios en el siglo XV como fortaleza defensiva frente a los musulmanes. Además de por el castillo, el pueblo estaba protegido por una muralla que rodeaba la ciudad, de la cual hoy en día se mantiene el arco de San Pablo, que aún conserva los gozones donde insertar las puertas.

Cerca de esta zona, en Molinos, se encuentran las Cuevas de Cristal. Se trata de unas grutas descubiertas en 1961 que reciben ese nombre porque sus estalactitas reflejan irisaciones y brillos como si se tratasen de un material cristalino. Además, debido al material de la roca, las estalactitas forman extrañas ramificaciones que le otorgan un aspecto mágico.

Para los amantes de la naturaleza, una de las rutas que puede hacerse por esta zona es el camino al nacimiento del río Pitarque. Se trata de un camino circular de 214 metros de pendiente y 9 de longitud que atraviesa prados y montañas hasta llegar al manantial del que nace este río.