Casas Rurales con Chimenea en Burgos

Estuvimos un fin de semana. Nada malo qué decir. Aunque mucho frío el entorno es muy tranquilo. Cerca de Burgos y el Monasterio de Silos. Estuvimos sólos ese fin de semana y Agustina fue muy buena anfitriona. Al volver de las excursiones teníamos todo preparado, chimenea, cena.. Muy amable y simpática además de inteligente. El jardín muy grande y bonito aunque mejor disfrutarlo en el buen tiempo.

Hemos gozado de la Casa “Los Dujos” en familia a lo largo de estas vacaciones de Semana Santa. Solo podemos decir cosas buenas de esta experiencia. Lo mismo las personas mayores que los más pequeños tienen sus espacios para estar de la mejor forma. Arrendamos la casa entera y es como estar en el siglo XVIII (Paredes gruesas, chimenea, decoración rústica y muy original) mas con los avances del XXI (Wi-fi, cobertura, buen parking para vehículos, calefacción eléctrica personalizada etc;) a esto le unimos mil detalles ornamentales que hacen que la estancia sea de ensueño.

Ambiente increíble, estuvimos en Atapuerca que está al lado y las noches en Urrez son fantásticas, hemos visto las estrellas como jamás ya antes y a la vera de la chimenea la noche es fabulosa. Si procuráis paz y un sitio como jamás este es vuestro sitio ideal. Gracias Urrez.

Acabamos de regresar de pasar en La Casita de Zalama cinco días de diciembre estupendos. Hemos estado tres adultos y un niño de casi tres añitos. Recomedamos al cien por cien la Casita. Es preciosa, muy tranquila, está construida con mucho amor, mimo, creatividad y los dueños son un encanto. Además, cocinan de maravilla, una noche cenamos en La Vivienda Grande y todo estuvo exquisito.

Hemos estado un grupo de amigos en noviembre y disfrutamos mucho de la estancia. La vivienda turística es muy grande y acogedora, con una bonita decoración y equipada con todo lo necesario, tanto en la cocina como en baños y habitaciones. Aunque en la calle hacía frío dentro de la casa se estaba muy bien, ya que contaba con radiadores y una chimenea. El trato de la propietaria fue encantador, y desde el momento de la reserva estuvo muy atenta para que tuviésemos todo lo necesario.

A sido un fin de semana verdaderamente fantastico desde el alojamiento, la chimenea, el comedor con su horno a nuestra disposicion los lacitos dulces que nos aguardaban cuando llegamos: Fantastico

QUE DECIR DE ESTA CASA !!!!!! TIENE DE TODO, UNOS DUEÑOS DE LO MAS ATENTOS. LA CASA ES ACOGEDORA Y LUMINOSA. LA DECORACIÓN ES TOTALMENTE RURAL Y TIENE TODO TIPO DE DETALLES. EN INVIERNO CON LA CALEFACCIÓN, LA COCINA DE LEÑA Y SOBRE TODO LA CHIMENEA DEL SALÓN ES DE LO MAS HOGAREÑO. LAS HABITACIONES AMPLIAS CON SUS BAÑOS Y SU TELEVISOR MAS NO SE PUEDE PEDIR. DE PRECIO ES LO MEJOR EN ESTOS TIEMPOS DE CRISIS.

Estuvimos el fin de semana del 16 al 18 de marzo y nos quedamos en el Castillo Eugenio. Milagros y Eugenio son encantadores. La vivienda rústica estaba limpísima y tenía de todo lo que pudiéramos necesitar. El suelo radiante es una gozada. Milagros nos dejó unas magdalenas caseras para desayunar al día siguiente, y no sobraron ni las migas. Recomendaría este alojamiento a cualquiera que quiera disfrutar de un entorno rural con todas las comodidades y como si estuviera en su propia casa.

Hemos pasado un fin de semana de noviembre en esta casa y nos ha encantado, sus propietarios son encantadores las cenas y los desayunos son caseros y buenísimos y el alojamiento es precioso, el saloncito común con la chimenea es muy acogedor para pasar un rato leyendo o charlando y la habitación decorada con mimo y con detalles en cada rincón. En resumen se la recomendamos a quien quiera disfrutar de tranquilidad, buena comida y bonitos paisajes.

La casa es estupenda, agradable, extensa, agradable y con mucho encanto. Nos hizo bastante frío en Semana Santa, mas estuvimos siempre y en todo momento calentitos, tanto la calefacción como la chimenea marchan realmente bien. La zona nos sorprendió grátamente por la calma de los pueblos y por la belleza solemne del páramo burgalés. El trato con la dueña fue perfecto: ¡¡¡Basi, mil gracias por tus explicaciones turísticas y por los Perines!

Erase una vez que se era, un castillo medieval, en plena sierra burgalesa, un paraje sin igual. Buena compañía, buen lugar, hizo un tiempo soleado a pesar de eser enero y lo pasamos fenomenal. Todo para los niños y alegrar a los papás, con un salón estupendo, en el que charlamos alrededor del fuergo, ¡qué más se puede esperar! Por el día de visita a Burgos ciudad, gran lugar. Por la tarde en el jardín, ale, ¡a jugar! Por la noche cena casera una cocina muy especial, no le faltaba detalle, se puede recomendar.

Pasamos un fabuloso fin de semana los dieciseis miembros de la familia. La casa es hermosa y muy grande, con un salón con chimenea muy agradable. La cocina plenamente pertrechada y las habitaciones muy calentitas. En el cuarto de juegos los pequeños se lo pasaron a lo grande. El dueño fue un encanto y nos facilito mucho toda la estancia.