Hemos gozado de un fin de semana con toda la familia, abuelos, tíos, primos, hijos... en Punto y Aparte. La experiencia ha sido imborrable. La casa es bella, de estilo rural, alegre, cálida, llena de detalles... Y está situada en una finca llena de animales que corren a tu lado: gallinas, gallos, conejos, perros, gatos... y tres caballos -los únicos vallados-, que hicieron las exquisiteces de nuestros pequeños, que no pararon de correr con los animales, darles de comer, jugando con ellos a sentirse granjeros.
Los dueños, Esther y Roberto, no pueden ser más atentos, agradables, preparados, muy grandes chefs... Si charlamos de comer, el desayuno, con bizcocho casero, mermelada de arándanos de su huerta, exquisitas torradas, docenas de géneros de infusiones... Para el alimento, cordero asado por ellos en horno de leña. Para cenar, una ensalada con productos de su huerta o bien de la zona y postres caseros...
No lo vaciléis, si deseáis gozar de un fin de semana apacibles, para reposar, para gozar con vuestros pequeños.. Punto y Aparte es el sitio.