Casas Rurales Románticas en Asturias

Fuimos una semana de agosto ( que al final se extendió algún día más) buscando gozar de los paisajes fantásticos que nos podía ofrecer Asturias y nos hallamos no solo con esto aparte de playas espectaculares, lugares ocultos, costumbres.... y sobretodo a 2 personas geniales y fantásticas como son MARI PAZ Y JOSE MANUEL que nos trataron desde el minuto 1 tal y como si fuéramos de su familia.

Hemos estado este verano con los pequeños y nos ha encantado. El sitio es muy sosegado y, al unísono , existen muchas excursiones y playas para gozar cerca. Estabamos tan a gusto que el tiempo paso volando. Gracias Angelita por tu trato y afabilidad. Aguardamos regresar pronto

Hemos gozado mucho el fin de semana en estos pisos, realmente bien pertrechados, amueblados con mucho gusto y con todos y cada uno de los servicios precisos. Su localización deja efectuar muchas actividades de todo género al estar en la montaña, mas muy cerca de playas engrandeces y de pueblos con mucho encanto. Los pequeños han gozado mucho en el jardín, jugando con la pelota, recogiendo leña o bien “persiguiendo” al robot cortacésped.

Este verano hemos tenido el gran placer de hospedarnos en este maravilloso caserío. Impresionantes vistas, la casa acogedora cuidando hasta el último detalle. Los dueños un encanto. Fuimos tres parejas con niños el mayor tiene 5 años y estuvimos comodísimos. Las cenas en el porche viendo las estrellas y los picos de Europa de fondo fueron el toque romántico de este verano.

He pasado cuatro noches en esta casa. Ha sido un viaje familiar con mis 3 hijas y mi mujer. Nos alojamos en el piso La Solana de 2 dormitorios y hemos estado muy comodos. Hemos podido usar tanto la piscina como el salon de abajo. El trato de Chiqui a sido estupendo, siempre y en toda circunstancia atenta a cualquier necesidad que tuvieramos. Solo puedo decir que es un alojamiento muy aconsejable además de realmente bonito. Mil gracias Chiqui por tu simpatia y atención. Espero que nos volvamos a ver.

Las casinas de San Martín te dejan conectar con la naturaleza. El ambiente es idílico, al lado de un río y escuchando las vacas de fondo. Salir a desayunar a su extenso pradillo y percibir la vida. La piscina un plus si viajas con pequeños. Y Matilde una enorme anfitriona, el ánima de este alojamiento. Los mejores tomates, lechugas y habichuelas verdes que hemos comido, recién cogidos del huerto.

Estuvimos en casa de arriba once días en Agosto fantásticos, cuatro adultos 1 pequeño y 2 perras que se lo pasarón excelente. Bueno como todos. La casa nos encanto, es rural a la par que comoda y limpia. Y ese patio fantástico en el que cenabamos ciertas noches. La zona estupenda está cerca de todo, montaña, playa, restoranes etc.. Aconsejo está casa a todo el mundo que deseen gozar de la calma.