Casas Rurales con Barbacoa en Ribeira De Piquin

Pasamos unos días estupendos, en un lugar tranquilo y alejado del ruido, con unas vistas maravillosas. El alojamiento estaba en perfectas condiciones, bien equipado, muy limpio y acogedor (una gozada el agua caliente y la calefacción que ya habían encendido para cuando llegamos). Destacar la calidad del descanso, tanto por lo tranquilo del lugar como por la propia cama. Es muy de agradecerla amabilidad de Pilar, la propietaria, que contestó nuestras dudas por email en tiempo record y nada más llegar nos ofreció un mapa de la zona e información sobre lugares para visitar en los alrededores, así como las rutas de senderismo.

Si lo que buscáis es desconexión total y absoluta del ruido y rodearos de gente encantadora, este es vuestro sitio. Un entorno precioso, un trato estupendo y si viajáis con mascota, un lugar perfecto para pasar unos días. Quiero señalar que se me olvidó una pulsera en la habitación y tuvieron la amabilidad de llamarme para mandármela a la dirección que decidiera. Con este detalle creo que os podéis hacer una pequeña idea de los muchos que tuvieron durante nuestra estancia y lo a gusto que estuvimos.

Confiar en mí y si vais a visitar Galicia alquilar este alojamiento rural que es de primera clase por como está puesto, por su entorno idílico rural con un montón de pueblecitos que podréis recorrer a pie, pero sobre todo por el su propietaria que nos ha tratado como si fuéramos de su familia durante nuestra estancia. Desconectaréis por completo si como nosotros venís en varano a pasar unos días al fresquito a disfrutar de la tranquilidad que evocan las tierras lucenses.

Perfecto. Me he parado delante del ordenador para valorar nuestra estancia en el lugar y es la primera palabra que me ha venido a la cabeza. En nuestro caso fue una escapada de tres días en octubre, productiva, acogedora y familiar, en gran parte gracias al cálido trato recibido en tan precioso lugar desde el primer momento de nuestra estancia, siendo informados personalmente tanto por Pilar como por su madre, las cuales se pusieron a nuestra disposición para todo lo que pudiesemos necesitar.

Han sido unos días de desconexión de lo superfluo y reconexión con la naturaleza y el trato cordial con personas sin doblez, sencillamente encantadoras. El trato de Pilar, de su madre y el encanto espontáneo de su sobrina Raquel han hecho nuestra estancia en éstos alojamientos rurales una experiencia inolvidable. Sus sugerencias sobre rutas de senderismo y visitas a realizar un absoluto acierto. Un acierto complementado por los paisajes visitados; por el trato recibido en la tienda de casa Horacio y por Margarita la estupenda cocinera de la casa de comidas de Horacio, unas gentes (las de Ribeira de Piquín) accesibles y generosas.