La Cuadra

Este alojamiento rural se encuentra dentro de la provincia de Madrid, en el municipio de Navalagamella.

Se trata de una vivienda englobada en una construcción con más viviendas independientes. Ésta, en concreto, permite una ocupación máxima de 3 personas.

Sus estancias, en una sola planta, se reparten de la siguiente forma:

• Una cocina pequeña y funcional, sin que le falte ni uno solo de los elementos del menaje necesario para cocinar de forma fácil. Se extiende en una encimera de madera bajo la que se ubica una zona habilitada para la batería de cocina, la vajilla y demás utensilios necesarios. Cuenta con una cocina de 2 fuegos y electrodomésticos básicos.

• Un salón comedor que se compone de un sofá de 2 plazas que además es sofa-cama, sobre el que se ubica la mascota de la casa: un divertido burro de cartón que alegra la zona. Delante de esta parte, se localiza el mueble que contiene la televisión y, justo al lado, una mesa de comedor, con sillas.

• Un cuarto de baño completo, con una ducha y su mampara de forma ovalada que se complementa con los sanitarios, en perfecto estado, y a vuestra disposición. Se proporciona también un conjunto de toallas.

• Un dormitorio doble que se compone de 2 camas individuales que se respaldan en 2 mesillas de noche, una a cada lado. En la pared, un antiguo utensilio de madera que se ha restaurado y pintado en color azul, a juego con las colchas. Se incluye la ropa de cama que viste a ambas.

En el exterior, un patio privado, con muros de piedra en los que se han colgado varias jardineras que alegran esta parte exterior. Se compone de varios bancos de piedra y mesa.

En el municipio de Navalagamella, dentro de la provincia de Madrid, se localiza nuestra casa rural.

Es una de esas zonas de la provincia por las que apenas ha pasado el tiempo, conservando las formaciones tradicionales y algunos elementos de su arquitectura.

Uno de los puntos curiosos de la zona es el río Perales, con una vegetación en su ribera que nos permite conocer estas especies autóctonas. A lo largo de su sendero, transitable mediante rutas de senderismo, los turistas se van topando con los distintos molinos clásicos de estas zonas, que en otro momento funcionaron para distintas actividades como puede ser, la fabricación de harinas que abastecían a sus habitantes.

Una zona rica en cultura y con una gran tradición.