Antigua casa de pescadores

Encantadora casa de pescadores rehabilitada con capacidad para albergar a 6 visitantes, en la preciosa villa histórica de Sant Feliu de Guíxols en la mitad sur de la Costa Brava, en la provincia de Girona.

En este coqueto apartamento sus huéspedes podrán disfrutar de:

• 3 dormitorios, todos de tamaño doble, dos de ellos con camas de matrimonio y el restante con 2 camas gemelas individuales. Todas las habitaciones tienen proyección exterior, lo que les confiere una buena iluminación natural durante la mayoría de la jornada.

• Un salón decorado con elementos de temática marinera para denotar el origen de la finca. En este espacio encontramos un gran televisor panorámico frente al que se ha dispuesto una mesa de centro y tras ella una confortable chaise-longe, donde poder disfrutar de momentos de descanso y entretenimiento audiovisual.

• Una pequeña sala abierta entre el salón y la cocina hay un pequeño comedor para 4 personas junto a una antigua chimenea en la que se aprovecha la luz que entra por ambos laterales.

• La cocina, aunque de un estilo bastante más antiguo que el resto de la casa, está equipada con todos los elementos necesarios para una estancia cómoda, tanto en lo que se refiere a electrodomésticos como a menaje.

• El único baño con el que cuenta la finca está completo con una cabina de ducha, además de los sanitarios básicos.

En el exterior, la propiedad cuenta con un modesto patio a media altura en el que se ha dispuesto un conjunto de mobiliario de exterior desde el que poder gozar de la brisa marina de manera indirecta, aunque desde donde sí se puede gozar tanto de esta como de las maravillosas vistas al mar es desde su soleada terraza frontal.

Lo que vamos a remarcar en esta ocasión no son cosas espectaculares sino rincones agradables y con historia que forman parte del carácter propio de una ciudad.

En el caso de Sant Feliu de Guíxols es el Casino de la constancia, uno de esos edificios representativos de un momento de gran ebullición social a finales del siglo XIX en que el movimiento de los "nois", personas progresistas a favor de un aperturismo cultural, hacían que esta acudiera a este centro cultural en que lo menos importante era el juego. Esta construcción de tipo historicista combina elementos de arquitecturas tan dispares como la mudéjar y la modernista, en un estilo que acabo por llamarse neomudéjar.

Como pasa en otros muchos puntos de vista espectaculares de la Costa Brava en el promontorio en que se alza la antigua Sede de Salvamento Marítimo, existen restos de culturas de diferentes momentos históricos, que en muchas ocasiones se edifican los unos sobre los otros aprovechando las ruinas.

En este enclave concreto hay partes de un poblado íbero o partes de la muralla tardomedieval del siglo XV, así como también en lo más reciente baterías marítimas de defensa del siglo XVIII o el edificio neoclásico que aún se conserva el cual fue un punto de vigilancia en los momentos de condiciones marinas adversas. Restos de todo aquello se conservan ahora en su interior puesto que ya no hace gala de su último uso, ahora resiste como un espacio dedicado a la memoria.