Villa La Casita de Cabrejas

Espectacular villa de diseño moderno con capacidad para albergar a 5 personas visitantes en el precioso y tranquilo entorno de Jábaga, en el noroeste de la provincia de Cuenca.

En este alojamiento sus huéspedes podrán hacer uso de las siguientes instalaciones:

• Un salón tan luminoso como amplio en el que se ha dispuesto una televisión de gran tamaño que podremos disfrutar desde la comodidad que proponen sus butacas individuales o el sofá tresillo que se transforma en cama dispuesto frente a ella.

• Compartiendo espacio con el salón, a excepción de por la pared parcial que los separa rematada en una barra de madera, estaría la cocina, que se encuentra plenamente equipada a nivel electrodoméstico, la cual también goza de una buena iluminación natural gracias a los amplios ventanales con los que cuenta. Esta estancia estaría refrigerada con un aparato de aire acondicionado.

• 2 dormitorios de tamaño y capacidad dobles, contando ambos con camas de matrimonio, así como con armarios de gran volumen de almacenaje.

• El baño del que dispone esta vivienda goza de un juego completo de sanitarios básicos, además de una moderna cabina de ducha de formato abierto y una bañera de hidromasaje, todo ello diseñado con un gusto exquisito que aportan paz a los sentidos de los habitantes de la casa y que no deja de estar en consonancia con el estilo del resto de espacios y elementos de la finca. En este habitáculo encontramos una ventana.

En los espacios comunes pertenecientes al complejo hotelero encontramos un enorme y cuidado jardín, una coqueta terraza de suelo entablillado y un área de baño con una piscina de gran tamaño rodeada por un sector de solárium con varias tumbonas para mayor comodidad de sus usuarios.

Cuenca está a tan solo 17 kilómetros de la ubicación de nuestro alojamiento y en Jábaga puede abundar la tranquilidad, que quizá queramos alternar con algo del bullicio que puede ofrecer una ciudad capital de provincia, pero que a la vez no tiene unas dimensiones espaciales como para que resulte incómodo o costoso de recorrer la mayoría de sus puntos de interés en una sola jornada de visita.

Entrando desde el Puente de San Pablo por la parte media de la ciudad, obtendremos la típica panorámica de las casas colgadas. Esta estructura no cuenta con mucha antigüedad, ya que es de principios del siglo pasado, pero se erigiría sobre los restos del trazado con anterioridad que databa del siglo XVI.

Otro de esos puntos de las hoces del río Huecar desde donde podremos apreciar la portada característica de esta población subida a una escarpada loma sería el Mirador de los Rascacielos, donde se levantan las estiradas casas del barrio de San Martín con los que fueran en la Edad Media los edificios más altos de todo el continente europeo.

Cerca de la Plaza Trabuco, ascendiendo por la calle del mismo nombre, vamos a cruzar por el pórtico del Arco Bezudo, uno de los accesos principales a la antigua ciudad amurallada, donde podremos recorrer las partes que aún se conservan en pie de sus construcciones defensivas.