Casas Rurales con Piscina en Los Yebenes

Hemos estado este fin de semana un conjunto de veinticinco personas, dieciseis adultos y nueve pequeños. Tan bien ha estado todo que no hemos tenido ganas de salir de la casa rural! Habitaciones cómodas y extensas, zonas comunes fabulosas, ambiente bello... Hemos sacado mucho partido a la barbacoa, la piscina y los pequeños se lo han pasado de lo bonito con la pequeña granja de animales. El día de ayer no teníamos ganas de marcharnos y, como nos reunimos de año en año, comentamos la posibilidad de reiterar!

Excelente la atención recibida durante el fin de semana de abril, cuando viajas y encuentras una persona que te atiende tan bien, da gusto. La casa en una palabra impresionante la sencillez y los detalles nos encantaron. Es súper acogedora y puesta con un gusto muy especial, todo nuevo y muy bien equipada. El gran espacio en su entorno es un disfrute para los niños, pues se agradece tener tanto espacio para disfrutar al sol. Además el porche y la barbacoa súper bien. Nos encantó cocinar con leña, este verano regresaremos, esta en una zona que hay que seguir descubriendo. El bizcocho artesano de la casa está buenísimo.

Hemos pasado un agradable fin de semana en esta bella casa rural con un montón de amigos. Concedida con una espiga y merecedora de 2 más, puesto que en esta bonita casa se ve el empeño y el trabajo desarrollado por sus dueños. El patio formado por vigas recuperadas y tratadas y rodeado de alegres flores, el portón de entrada con su llave de castillo, la piscina y la barbacoa... acompañan con el interior rústico y con delicioso gusto en su decoración, con baules restaurados, chimenea de leña, puertas de madera maciza, paredes de piedra.

Estuvimos en “La Corrala” del doce al diecinueve de agosto y efectivamente gozamos mucho de la casa y de los lugares de la provincia toledana. La casa es espléndida (perfecta en su construcción, mimada y cuidada en su decoración, limpia y ordenada); la gran piscina, indispensable para calmar los calores toledanos del mes de agosto; y los dueños, Tomás y Pilar, siempre y en toda circunstancia pendientes de todo (encargándose de la limpieza diaria de la piscina, de recomendarnos sobre qué visitar, de facilitarnos la adquisición de un estupendo aceite que venden en la cooperativa del propio pueblo, de prestarnos un futbolín con el que nuestros hijos se divirtieron un montón…).

Estuvimos alojados el primer fin d semana de julio cuatro adultos y tres pequeños. Las habitaciones son extensas, camas y almohadas cómodas, sábanas y toallas muy limpias. La casa por lo general está muy limpia. De aparejos solo eche en falta una tabla de recortar y un mantel para la mesa d fuera. El porche es una maravilla y la piscina perfecta, muy limpia. No hay mucha cobertura d móvil mas mejor para desconectar Un silencio increíble En el pueblo hay múltiples supermercados (un ahorramas donde hay de todo) Enrique el dueño muy afable y nos explicó todo excelente Hay q llevar agua para consumo por el hecho de que la del grifo dolo sirve para aseo.