La Era de la Tía Donata

Esta casita rural se localiza en Campillo de Ranas, Guadalajara.

Sus interiores se han estructurado pensando en ofrecer un pequeño escondite en el que escaparse y desaparecer durante unos días del mundo.

Sus dueños, un matrimonio, además de vivir en la casa contigua, crearon este hotel pensando en parejas, aunque también tiene dormitorios de mayor tamaño para familias.

Este alojamiento rural en total tiene 6 dormitorios dobles, aunque en 2 de ellos se pueden añadir otras 2 camas supletorias bajo petición. En cada cuarto hay un baño completo con ducha.

Solicitándolo también hay un servicio de cenas, que se podrán degustar en el comedor privado de la casa y que es una de las zonas comunes a las que pueden acceder los huéspedes. Otro espacio es el salón. Aquí está la chimenea, de auténtica piedra, y acompañada de una decoración de lo más rústica con techos con vigas de madera vista, además de diferentes colores en las paredes como blanco y granate. En el salón también hay varios sofás de mimbre en color tierra.

En este espacio encontramos también una zona de biblioteca con varios libros con información de la zona, además de una amplia colección de películas en DVD. Esta puede ser una buena opción para terminar el día: ver alguna de tus cintas favoritas desde la cama en la habitación.

Puedes pasarlo en grande también con alguno de los juegos de mesa que hay, y los más pequeños tienen también una zona de juegos especiales para ellos.

Por cierto, no nos olvidamos de decir que aunque no haya casi cobertura, hay servicio WIFI, pero… nos apetece que vuestra mente se distancie un poco del ajetreo del día a día.

Se dice de este pueblecito que es de los pocos que aún no han sido corrompidos.

¿Por qué? Porque aún se mantiene la arquitectura negra original. Conócelo un poco paseando por sus calles y escucha con orgullo como cuentan que el pueblo fue nombrado por un personaje en una novela del escritor Benito Pérez Galdós, en “El Empecinado”, dentro de los Episodios Nacionales.

En sus entornos encontramos el pico Ocejón, de unos 2.048 metros de altura, y que se ve desde la propia casa.

Algo que gusta mucho a los turistas que se acercan a la zona es el hayedo de Tejera Negra, porque es conocido por ser el hayedo más meridional de Europa.