Posada del Adarve

Este hotel rural está junto a una antigua muralla medieval. De hecho, ha sido construido en lo que anteriormente fue una de los torreones de acceso a la zona del casco antiguo.

Su fachada es la original y se cuida con delicadeza para poder preservarla y así, además de conservar esta antigüedad, transmitir a los huéspedes esa esencial rústica y rural.

En su interior se pueden hospedar hasta a 14 personas, ya que este pequeño hotelito cuenta con 5 habitaciones dobles de las que 2 son suites. En todos los dormitorios hay cuartos de baño completos, en los que encontrarás suaves toallas y amenities.

Tambien cuenta con un apartamento para 4 personas en el mismo torreón de la muralla, de 60 metros cuadrados con vistas increíbles y con las mismas comodidades de un hotel.

Además, cuando estés por los pasillos, fíjate que han mantenido toda la estructura de la casa y han rehabilitado las vigas de madera así como las puertas y ventanas, que dan ese toque especial. Pero todos estos elementos originales, se combinan con las comodidades actuales que cualquier usuario pueda necesitar, como el internet por Wifi o calefacción por suelo radiante. Con esta opción se eliminan los actuales radiadores pero se da calor durante el invierno a los huéspedes para hacer de su estancia unos días de lo más agradables.

En el hotel, en la planta baja, se ha creado una zona de comedor en el que cada mañana se sirven los desayunos. Es opcional, pero si decides coger la opción, degustarás ricos bizcochos, así como productos artesanales de la zona, zumos de fruta naturales, y un gran surtido de comida con el que recargarás pilas para afrontar la jornada de descanso por la zona.

En la primera planta también una zona de descanso común, con un pequeño saloncito de lo más agradable donde podrás también, sentarte a leer ya que hay un zona de biblioteca.

Y no debes perderte la terraza. Se llega a ella a través del comedor y desde sus 40 metros cuadrados se ve perfectamente el adarve de la muralla.

Albarracín es un pueblo turolense de poco más de 1.000 habitantes y muy famoso por su belleza.

De hecho es Monumento Nacional desde 1961 y entre los premios que ha recibido está el de ser Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, que lo obtuvo en el año 96.

Desde entonces ha sido declarada también Patrimonio de la Humanidad y todo por su belleza así como el importante patrimonio que poseen sus calles. Entre sus edificios y todo su conjunto histórico destaca la Catedral, conocida como la del Salvador y que está cerca del Castillo de Albarracín, en la zona del casco antiguo. Este es uno de lo símbolos de la ciudad, que lleva en pie desde, por lo menos, el siglo XI cuando lo residió el clan de los Banu-Razin, para luego pasar a manos de los señores de Albarracín.

Otras opciones son visitas el Ayuntamiento, la Torre del Andador, la de doña Blanca y la de la Muela. Por último no te olvides de la Casa de la Julianeta, junto al Portal de Molina, en frente del hotel.