Casas Rurales con Barbacoa en Mungia

Nosotros fuimos a principios de febrero toda la familia al completo: abuelos, hijos, nietos y tíos. Queríamos reunirnos en una casa grande y con espacios comunes para “hacer familia”. Nos sorprendió el enclave tan cerca de todo y a la vez una tranquilidad y sosiego que te inunda así cómo te vuelve a contactar con la naturaleza (solamente rota por el barullo de nuestros niños). Respecto al trato y acogida fue maravilloso, Txabi y Noemí siempre pendientes de todo y súper colaboradores, solemos hacer juegos para los peques, yincanas, búsquedas del tesoro y gracias a su buen hacer nos salió redondo.

Este agosto estuvimos una semana en Arteondo. Eramos cuatro adultos y cuatro pequeños y nos lo pasamos magníficamente . La casa estaba realmente bien habilitada. En la parte superior había una habitación con cuatro camas y pusimos a todos y cada uno de los pequeños juntos. Para ellos fue una enorme aventura . La casa cuenta con un pequeño jardín que los pequeños emplearon para hacer sus partidos de Champions.

Vivimos en Lanzarote y este año decidimos ir a ver a nuestra familia en Vizcaya sin quedarnos en su casa. Con lo que decidimos alojarnos en esta casa rural teniendo presente las creencias de otros clientes del servicio. Indudablemente un acierto. Fuimos con nuestros hijos de 8 y 5 años y desde el minuto uno la estancia se nos hizo verdaderamente agradable. Su dueña, Mª JOsé nos doy una habitacion extensa y muy comoda en la primera planta desde la que nuetros hijos tenian pleno acceso al enorme jardín de la casa, los desayunos aparte de exquisitos eran más que rebosantes - nos han servido desde 5 géneros de mermeladas caseras diferentes hasta paté, diferentes géneros de bizcochos asimismo caseros, jugos naturales de naranja, sandia o bien melón, embutidos variados, leche, café, etcétera

Hemos tenido la oportunidad de disfrutar de éste alojamiento en el mes de octubre un grupo de amigos de 12 personas con niños pequeños (el mayor de 2 años) y ha sido una experiencia inolvidable. La vivienda es aún mejor de lo que aparece en las fotografías. Es un lujo, no sólo la casa en sí, si no también el entorno en el que está situado. La decoración impresionante, los espacios enormes y todo cuidado y decorado al mínimo detalle.

Desde mi lugar de origen, quisiera dar mi opinión de esta casita rural. Además de su trato y ambiente familiar, su habitación Izaro es muy confortable con un colchón magnífico, un desayuno como en tu propia casa, calefacción en el suelo por lo que podías ir descalzo. La compañía de Pombo, ese dálmata sordo pero encantador y de Begoña que nos recibió a pie de carretera para que no nos perdiéramos pues llovía mucho y era de noche.

Hemos estado en Semana Santa toda la familia, en total 22 personas, con Jon y Ander en su precioso alojameinto rústico. Ya les dije a ellos que ahora esta era mi casa de Euskadi. La casa de campo es perfecta, muy bonita, las instalaciones muy bien, el entorno fantástico y los propietarios verdaderos amigos. Sus cenas estupendas, embutidos, tortillas de setas y carnes. El pastel de queso el mejor que hemos probado nunca, pero la receta es secreta.

Alfredo, el dueño de la casa solo puso comodidades. La casa es enorme, hermosa, muy limpia y fantasticamente gestionada. Fuimos un conjunto abundante de amigos y utilizamos su barbacoa. Nada de estruendos y también ideal para una escapada a un sitio bien bonito. Mil gracias por todo Alfredo

Somos una pareja con un toma, procurábamos respirar aire puro y zambullirnos en agua y lo logramos. La casa grande, bonita y bien cuidada, tal y como se ve en las fotografías. La piscina tiene una temperatura my buena con lo que pudimos gozarla con nuestro toma de ocho meses. La familia cautivadora, tanto Xabi como su mujer y también hija nos trataron super bien, dejándonos gozar de todos y cada uno de los animales que allá tienen, darles de comer.

He estado de vacaciones una semana alojado en Ontxene con mi familia, disfrutando del maravilloso entorno de Urdaibai. Se dice que en la vida todo es mejorable, pero francamente no consigo encontrar nada que mejorar en este alojamiento. Situación, limpieza, amplitud de habitaciones y baños, relación calidad-precio, desayunos exquisitos y abundantes. Y a pesar de todo esto, lo mejor es el trato de su dueña, Irune, el alma de Ontxene y el mejor modelo de lo que debe ser un anfitrión de un alojamiento de turismo rural.

Estuvimos a primeros de agosto dos familias. Los niños como en casa, fenomenal con su salón para ver la tele y jugar con los juegos que tiene Irune. El jardín y el entorno maravilloso. Muy bien situada y mucha tranquilidad. La habitación espectacular en todos los sentidos y del trato de la dueña, como si nos conociera de toda la vida. Por las mañanas deseando de bajar a desayunar, cada día nos sorprendía con algo, y después la charlita con ella diciéndonos, los lugares que debíamos ver. Un encanto de mujer.

Buen sitio para gozar del fin de semana. Las señoras de la casa muy afables. El sitio está un tanto apartado de Gernika mas en diez minutos en vehículo queda cerca de todo. Caserío con mucho encanto. Hiere que de noche un conjunto de jóvenes no tuvo ni el pero mínimo respeto cara el resto y estuvieron hasta altas horas de la madrugada dando la paliza. Cuando se lo recordé por la mañana a Soledad y Pilar me afirmaron que el conjunto les había dicho que eran piragüistas y que venían a reposar.