Bienvenidos a uno de los pueblos de la isla de Mallorca con más encanto que puedas imaginar. Un rincón en el que vas a poder coger la esencia y la tradición en un agradable paseo por sus calles sinuosas, que siempre tienen como meta, un impresionante patrimonio cultural.
Elegir el antiguo pueblo mallorquín de Campos para pasar las vacaciones, es dar en el clavo con una oferta turística amplia para disfrutar, y que en la actualidad y desde hace unos años ya, vive su época dorada del turismo rural en parte, por su playa más famosa: Es Trenc.
¿Sabías que es uno de los pueblos que mejor conserva su esencia? En cada una de las calles que lo forman encontrarás una referencia a sus orígenes, que datan del año 1.300 d.C cuando el rey Jaime II quiso fundarlo sobre lo que eran los restos de antiguas poblaciones romanas.
Ubicado en la comarca balear del Migjorn y con su terreno hidratado por las aguas del Mediterráneo, posee una tierra fértil que le ha servido para activar uno de sus principales motores económicos desde el origen: la agricultura, que forma uno de los pilares de su gastronomía.
Lo que el pueblo de Campos puede ofrecerte para que disfrutes del turismo por la zona, es un impresionante abanico que abarcamos desde su parte natural, en la que destaca sin duda alguna el Salobrar de Campos y el espacio natural de Es Trenc, donde además de las especies vegetales, podrás divisar las aves que tienen este lugar como hábitat. Junto a esta joya natural nos encontramos con el reclamo indiscutible de este pueblo: la impresionante playa de Es Trenc, un arenal natural en el que encontrarás dunas, y donde incluso sus aguas, te harán viajar hasta el mismo Caribe.
Y ya que estás de paso por esta playa a la que te invitamos a quedarte al menos, una jornada, no podrás dejar pasar la oportunidad de ver las Salinas de Es Trenc, donde se gesta la famosa flor de sal.
Y, ¿qué sería de las vacaciones sin una aventura? En este caso te proponemos recorrer parte de la isla en bicicleta, siguiendo las rutas cicloturistas con las vistas más especiales que puedas imaginar. Protagonistas en tu camino sobre ruedas serán los molinos, que dejan una estampa colorida sobre los campos y los viñedos que querrás inmortalizar.
Te aseguramos que si viajas hasta Campos, no será lo único que querrás retratar, y es que este pueblo mallorquín cuenta con un vasto patrimonio que tienes que conocer, empezando sin lugar a dudas por la iglesia de Sant Julià, una de las más importantes y donde encontrarás en el interior su figura más famosa: un Cristo pintado a mano. El Convento de San Francisco es otro de los lugares que no puedes perderte.
Hay muchos lugares que beben de la esencia mallorquina, y uno de ellos es la Plaza del Ayuntamiento de Campos, centro neurálgico por excelencia y lugar de reunión y celebración de los eventos más importantes de la localidad. Si tienes pensado visitar este lugar, te recomendamos que sea un jueves ya que así podrás disfrutar del famoso mercado en el que encontrarás desde ropa, hasta frutas y verduras.
Pero no te preocupes si viajas en fin de semana, ya que los sábados, en pleno centro de Campos se celebra el mercado semanal en el que puedes encontrar de todo (muebles, ropa y complementos o comida).
Y después de toda esta ruta, ¿qué hago? La respuesta en este caso es muy clara: disfrutar de las únicas aguas termales de Baleares en el Balneario de la Fontsanta, una experiencia relajante perfecta para cerrar la jornada turística.