Casas Rurales para Nochevieja en Tuineje

Este agroturismo ha sabido plasmar la tan necesaria sostenibilidad entre el paisaje y el turismo. Fuerteventura, un territorio desértico, cuyo clima y paisaje nos indican que estamos en África, donde a pesar de la aridez y problemas de desertización, El Majorero ha sabido convivir con el entorno. Ejemplo de lo dicho lo tenemos en Agroturismo, el cultivo del olivo y viña, de una calidad excelente pero sobre todo, especial mención el cultivo de maralfalfa, ¿quién dice que Fuerteventura no puede ser un vergel? ¿quién dice que, siendo la ganadería la principal actividad agropecuaria de la isla, no se pude autoabastecer de forraje?

Nos encantó la experiencia que vivimos en este auténtico agroturismo en el centro de la isla en el que todo está rodeado de un ambiente rústico que es casi mágico y lejos del ruido y del turismo de masas que se vive en algunas partes de Fuerteventura cuando hemos venido otras veces de viaje. Se come de froma espectacular en restaurantes muy próximos a los que se puede llegar haciendo una caminata.

Nuestro viaje a Fuerteventura y el alojamiento la Gayría fueron grandes descubrimientos. Tras el impacto inicial a la llegada a la isla debido a nuestra ausencia de conocimiento, poco a poco nos fuimos acostumbrando a los paisajes desérticos que proporciona. Para ello un factor clave fueron Magdalena (madre e hija), su marido Pepe, Doramas y Francesco, quienes nos acompañaron en el descubrimiento mostrando las posibilidades geográficas, paisajísticas y gastronómicas de la isla con un agradable trato.

Una de las islas de la costa atlántica con paisajes más bellos y lo que es mejor, con un clima estupendo durante todo el año. Lo que más nos atraía de alquilar una casita rural era pode integrarnos en el ambiente y con las gentes de la islas, para comer en sitios típicos y degustar la gastronomía autóctona y conocer sus costumbres y gracias a este alojamiento lo hemos conseguido mientras que pasamos unas vacaciones cómodas, tranquilas y con toda la tención necesaria por parte de sus dueños.

La estancia en este alojamiento ha sido fantástica. La casa está muy bien decorada y es realmente acogedora, además de disponer de todo lo necesario: lavadora, microondas... El entorno es una maravilla, con preciosas vistas y tranquilo, alejado de ruidos y multitudes de gente. Tanto el jardín como la piscina van acorde con la casa. La piscina no es demasiado grande pero suficiente para disfrutar de un baño y relajarse en las hamacas disfrutando de la agradable temperatura de la isla.

Iba buscando unos días de tranquilidad y realmente los encontré en este alojamiento rural. El lugar es de lo más acogedor. Te dan un trato de lo más amable y te hacen sentir como si estuvieses en tu propia casa. La comida no es sólo buena, es excelente. Comida casera, muchas recetas típicas canarias, y lo mejor: hechas con muchas ganas de satisfacer. Las habitaciones son amplias y proporcionan muy buen descanso. En general, todo lo positivo del lugar, unido con el paisaje de la isla de Fuerteventura hicieron de mi estancia lo más placentera. Aconsejable para todo aquel que busque tranquilidad, degustar buena comida casera y recibir un trato excelente de la gente del lugar. Y un consejo: no olvidar probar el queso majorero hecho con leche de cabra; uno de los mejores quesos del mundo.