Cortijo Tejoneras

Cada año toda la familia nos vamos a una casa rural diferente en Semana Santa. Este año todos queríamos ir por unanimidad a la zona de Los Pedroches y casi también por unanimidad elegimos este alojamiento para pasar esos días. Somos muy exigentes con las casas rurales a las que vamos ya que somos muchos, de diferentes edades y queremos que todo el mundo se sienta a gusto y, sobre todo, que el alojamiento nos permita poder estar todos juntos y a la vez nos deje nuestro espacio.

Uno de los requisitos que siempre buscamos y que esta casa cumple con creces es que las 18 personas que íbamos pudiéramos comer todas juntas. La casa tiene un salón-comedor enorme con televisión y chimenea para comer y descansar, y otra sala de estar un poco más pequeña también con televisión para los que no nos ponemos de acuerdo con el canal que se está viendo en el salón o simplemente para echarse una pequeña siesta.

Otra cosa que es básica para nuestra organización es que haya muchos cuartos de baño. En este caso la casa era perfecta porque dentro de cada habitación había un cuarto de baño completo. Lo mejor para evitar discusiones o esperas.

Respecto a la decoración he de decir que todas las habitaciones tenían su encanto pero en especial la casita de invitados que había al lado de la piscina. No le faltaba de nada (una cocina pequeña, baño, sofá...). A pesar de que la casa tenía muchos detalles y comodidades, casi todos coincidimos en que los dueños habían sabido mantener muy bien el aspecto rural.

Como siempre, convivir 18 personas implica tener el frigorífico y la despensa llenos para los desayunos, cenas, picoteos, etc. Para eso no hay problema ninguno porque tiene una cocina con todos los utensilios (hasta lavavajillas), una despensa, 2 frigoríficos y una mini cocina cerca del comedor.

No sé qué tal serán los veranos en el alojamiento pero puedo asegurar que en época de otoño o invierno no se está nada mal porque todas las habitaciones tenían un split de aire caliente y junto con las chimeneas que había en el salón pudimos mantener la casa a muy buena temperatura.

La única pega que pudimos verle fue que una de las camas tenía una altura enorme para subirse y que se olvidaron poner toallas para todos en las habitaciones. Menos mal que algunos llevaban las suyas!

Ya por último decir que el entorno era muy chulo y la finca en la que se encontraba la casa espectacular. Recomiendo hacer una visita a Montoro, que está muy cerca del alojamiento y es un pueblo muy bonito y sobre todo a Córdoba!