El sur de Albacete nos da la bienvenida a su entorno natural en Férez, un pueblecito con mucho encanto donde el turismo rural es el complemento perfecto para un plan de viaje.
Su marco natural es la Sierra del Segura, en sus últimas estribaciones, sobre la cual se asienta para ir abriendo paso a campos de cultivo y llanuras onduladas al abrigo de las aguas del río Segura. Por eso, gracias a este espectacular paisaje ha ganado el nombre de “la joya serrana” con razón de peso.
Lugares como el Paraje de La Alcantarilla de Jover, en el Pantano del Cenajo, ideal para un agradable baño en verano, o el Bosque El Calar, formado por especies como encinas o pino carrasco en su mayoría, son algunos de los espacios naturales más destacados en Férez, mientras que en los alrededores, también se pueden visitar Socovos y Letur, que, junto con Férez, forman lo que muchos llaman las joyas del Segura.
¿Quieres conocer algún retazo de su historia? Algún vestigio de la época neolítica nos avanza que en esa edad ya había asentamientos en la zona, para, posteriormente, trasladarnos hasta la época musulmana en la cual perteneció al Condado de Cora, hasta que, durante el reinado de Fernando III, es conquistada, y después, cedida al Orden de Santiago.
Es en 1488 cuando se le otorga el título de villa, mientras que no es hasta el primer tercio del siglo XIX que pasa a formar parte de Albacete.
Los paisajes en sus alrededores son uno de los elementos que más influyen en su economía, puesto que la actividad más generalizada es la relacionada con la agricultura, mediante campos de olivos, así como frutales o cereales.
¿Te apetece adentrarte en Férez? Su casco urbano es un entramado de calles estrechas y recovecos sinuosos, donde la arquitectura árabe todavía persiste en gran parte de las casas y edificaciones.
Como en muchos pueblos de poca población, el monumento más destacado es la iglesia, en este caso, dedicada a la Asunción, originaria del siglo XVI y que, en su interior, alberga una impresionante joya: un órgano barroco del siglo XVIII, obra de José Llopis.
El Arco de la Mora es otro lugar a destacar en la localidad, aunque, en este caso, situado a las afueras, tratándose de un conjunto formado por un acueducto y antiguos molinos hidráulicos, un lugar perfecto para un agradable paseo disfrutando del bonito paisaje.
Después de la visita hay que reponer fuerzas, así que, ¿te apetece saber qué puedes comer en Férez? En su mayoría, la gastronomía de este pueblo albaceteño, es la que se extiende a lo largo de la Sierra del Segura, donde platos como las migas ruleras o costillas en adobo con patatas, son uno de los platos estrella, junto con embutidos y quesos de cabra de gran calidad.
Como todo buen pueblo que se precie, no pueden faltar las fiestas tradicionales. Durante la época estival, en el primer fin de semana de Agosto, se celebra una de ellas, donde verbenas y eventos culturales son la agenda, mientras que en el mes de Octubre, tienen más carácter religioso y son en honor a la Virgen del Rosario.
Descubrir Férez, es descubrir un espacio natural de gran belleza, pero, a la vez, un sitio ideal para tomarse un descanso del bullicio de las ciudades, y qué mejor manera de completar una experiencia perfecta que a través del turismo rural.