Apartamento Port 4

Encantador apartamento para 4 personas en el entorno de la Playa del Puerto, en el apacible pueblo gerundense de Llançá, en la Costa Brava, a orillas del Mar Mediterráneo.

El alojamiento tiene las siguientes instalaciones de las que sus huéspedes podrán disfrutar:

• 2 dormitorios de tamaño de doble, cada uno de los cuales cuenta con un par de camas individuales gemelas aunque de un ancho superior al estándar. Ambas habitaciones cuentan con grandes armarios empotrados y sendas mesillas sobre las que se colocan lámparas independientes. Las estancias son exteriores y sus amplios ventanales garantizan una abundante iluminación natural durante gran parte del día.

• El salón cuenta con una área de descanso en el que hay un mueble sobre el que descansa el aparato de televisión y junto a este un cómodo sofá de varias plazas desde el que poder contemplarla. Más cerca de la puerta de acceso a la sala se encuentra un conjunto de comedor para 6 personas.

• La cocina, que cuenta con un completísimo equipamiento a nivel electrodoméstico, dispone su mobiliario en dos encimeras paralelas en las que se incluye lo anterior y un variado espacio de almacenaje en el que se guarda ordenado el menaje.

• El baño es completo con una cabina de ducha cuyo plato es de gran tamaño, además del resto de sanitarios básicos propios de un aseo como pueden ser lavabo o retrete.

• Al salir por la puerta de la cocina hacia el exterior nos topamos con el lavadero, donde se puede tender y se encuentra afincada la lavadora con el fin de evitar las molestias derivadas de su uso.

La vivienda tiene como anexo una plaza de aparcamiento en el garaje comunitario.

Si por un casual nos gustan los lugares abandonados, ya sea por motivos turísticos o simplemente estéticos, en la antigua población de Molinars podremos recorrer sus calles y sobre todo casas de estancias vacías en una estampa de lo más desoladora.

Este núcleo de población de apenas 15 masías que surgiera en el siglo XVIII en medio de la Sierra de la Albera, en una de las riberas del río Molinars en la que en tiempos pretéritos se había construido un molino, el cual los habitantes se dedicaron a explotar de manera exclusiva e intensiva, aprovechando la fuerza desarrollada por el curso del agua. Esto fue así hasta la que la amenaza de la Guerra Civil española llamo a las puertas de la aldea y sus vecinos huyeron hacia el este en busca de entornos más seguros frente a las hostilidades generadas por el conflicto.

No muy lejos de allí, se encuentran las ruinas del Castillo de Molinás, una antigua fortaleza medieval cuyos primeros registros cristianos de la época datan del siglo X, pero a la que se le supone un origen musulmán previo del que no queda información documental. Aquí podemos apreciar los restos de una fortificación con el lenguaje arquitectónico románico, que ha sido invadida por completo por la vegetación de monte bajo, componiendo una estampa que habla del paso del tiempo y la poca importancia de las obras humanas frente a la fuerza de la naturaleza.