Casas Rurales Cerca de la Playa en Ibarranguelua

Estuvimos hace algunos días en esta casa, el lugar es bello, cerca del ayuntamiento de Bermeo. Hemos estado muy agusto. Begoña y su familia son muy afables y te dan todo género de explicaciones sobre las visitas que puedes hacer, donde puedes comer etcétera. La casa es muy agradable y la familia realmente agradable. Gracias Begoña

La casa está realmente bien, la habitación de arriba con 2 camas de matrimonio es increíble, los pequeños pueden tener su espacio de disfrute mientras que dejan a los "mayores" abajo. El salón es un tanto pequeño en comparación al resto de la casa. El "cenador" de la barbacoa estoy convencido de que tiene un aprovechamiento al lado del jardín, con mejor tiempo, de alucine, es bello y la barbacoa muy maja.

Antes de nada deseo dejar en claro que esta opinión esta hecha, con la idea de aportar algo que asista en que esta casa consiga la excelencia, el diez. La casa está realmente bien, todo semeja prácticamente nuevo, a estrenar. ¡Qué decir de la limpieza!: sencillamente perfecta, la dueña: cautivadora, las vistas: increíbles. El desayuno, más que correcto: pequeño bufet que monta en el instante con lo preciso y si la climatología lo deja (como fue nuestro caso), sencillamente pensarás que desayunas en el paraíso, con una T.V. natural de fondo, con un paisaje increíble.

Reservamos los dos alojamientos tipo duplex con el fin de conocer la reserva de Urdaibai y ha sido un acierto total. El trato de los propietarios es familiar y excelente, Las viviendas están muy limpias, bien decoradas y con todo lo necesario. El entorno increíble y como aficionadas a la fotografía, con muchas posibilidades de disfrutar sin salir de casa ya que las ovejas son él cortacésped de la finca, los gatitos andan por allí libres, tienen conejos, gallinas y hasta un búho y un águila a los que puedes dar de comer con las instrucciones de los propietarios.

Viajamos toda la familia 2 adultos, 2 niños y 1 bebé, y allí nos acogieron a todos, Irune, la dueña encantadora y súper atenta con los niños. La casa de campo no envidia nada a ningún hotel de 4 ó 5 estrellas, y digo nada, porque hasta te ponen zapatillas en la habitación para estar como en tu casa. La lástima es que no pudimos disfrutar al 100% del jardín porque durante las estancia llovió varios días. Las vistas a las ría son maravillosas.

Estuvimos un fin de semana largo y la verdad que estuvimos como en casa, trato inmejorable y todas la instalaciones limpias y ordenadas. La habitación una maravilla, y la cama comodísima. Repetiremos.