Plaza Vieja

Nos vamos hasta el casco antiguo de Bullas (Murcia) para descubrir esta curiosa casa rural del siglo XIX. Aunque restaurada, respeta su estructura y estilo original, con la adición de algunas utilidades y detalles modernos que la hacen cómoda y acogedora sin perder su personalidad.

En la restauración se respetó el sistema de construcción original, denominado tapial, con envigado de madera y suelo de barro de Valentín. La bodega se ha mantenido casi intacta, especialmente el techo abovedado. En cuanto al mobiliario, es digno de un anticuario, y ha sido salvado usando barnices ecológicos que no restan un ápice de su encanto.

En la casa tenemos 3 plantas: planta baja, segunda planta y sótano; en todas las estancias dispondremos de calefacción.

Es en la segunda planta donde encontramos los 2 dormitorios del alojamiento, uno con 2 camas individuales y el otro con una cama de matrimonio. El total de plazas es de 4, un número ideal para una familia con hijos.

El cuarto de baño se encuentra entre los dormitorios, y lo tendremos completo, con un estilo elegante y una ducha espaciosa.

En la planta baja tenemos las estancias principales de ocio y vida. El salón es un espacio agradable y bien surtido de muebles para el descanso y la relajación. Una chimenea de leña redondea el encanto de la sala. Es perfecta para sentarse a charlar o disfrutar de un libro.

La cocina se encuentra al otro lado de la escalera, e incorpora la zona de comedor y un completo equipamiento en el que no falta un servicio de vajilla y cubiertos, además de frigorífico y horno.

En el sótano tenemos la bodega, donde se conservan utensilios para la preparación de vino, como tinajas, conductos de mosto y un botellero con algunos de los principales vinos con Denominación de Origen de Bullas.

Aunque no tenemos terraza propia, cerca de la casa tenemos la piscina municipal de Bullas e instalaciones deportivas donde practicar numerosas actividades. Además, el entorno natural de la localidad está tan al alcance que no será imposible aprovechar para pasar el tiempo al aire libre, en alguno de sus parajes.

Como probablemente se piensa al contemplar la bodega, Bullas es un pueblo con larga tradición vinícola, reflejada en sus numerosas bodegas y viñedos, con producciones de lo más exquisitas.

Además, en el casco urbano de la localidad podemos deleitarnos con la contemplación de construcciones históricas, tales como los restos del antiguo castillo, la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario y la Torre del Reloj.

Cerca del pueblo podremos visitar y maravillarnos con algunos de sus paisajes naturales más interesantes. Destaca el Salto del Usero, en el que el río Mula forma una cascada con un interesante entorno pedregoso y vegetación de ribera.

La Sierra de Burete es otro espacio natural que no debe pasarse por alto. Está considerada Lugar de Interés Comunitario y Área de Protección de la Fauna Silvestre, entre otros reconocimientos, y destaca por el gran volumen de aves rapaces que habitan en ella.

Aprovechemos la cercanía de Caravaca de la Cruz para acercarnos a esta bella ciudad, donde la arquitectura refleja siglos de historia, como lo hacen los yacimientos arqueológios más cercanos: la Cueva Negra y el yacimiento de Begastri.