La Quintana del Gallo I

Sobre el municipio asturiano de Selorio, concretamente en el barrio de Terienzo, se asienta este tradicional caserío asturiano. Se trata de una quintana característica de los núcleos rurales de Asturias cuya rehabilitación la ha convertido en lugar de recreo y descanso para quienes vienen a descubrir los paisajes del norte. 

En su proceso de transformación se ha querido mantener la estructura originaria, en la que la piedra o la madera son los materiales protagonistas, tanto de su fachada como de las estancias interiores. 

Con una capacidad para 4 personas, la vivienda es la opción perfecta para familias con niños, pues se encuentra rodeada de una gran extensión de terrero con múltiples opciones de ocio.

Un camino asfaltado, en el que es posible aparcar los coches nos dirige hacia la casa. Césped, palmeras y otras plantaciones decoran la entrada a la vivienda en un espacio en el que el hórreo centenario acapara todo el protagonismo.

La vivienda principal se divide en 2 plantas, siendo la primera el lugar en el que se encuentran la cocina y la sala de estar. Dos espacios comunicados en los que no faltan la mesa de comedor y un cómodo sofá desde el que ver la televisión.

Desde el salón se accede aun pequeño porche que da a la parte trasera de la vivienda. 

Es en la planta superior donde se encuentran los 2 dormitorios, uno de ellos con cama de matrimonio y el segundo con 2 camas individuales. Habitaciones luminosas con balcón y vistas al jardín trasero que comparten cuarto de baño con espacio para una bañera.

Más de 150 especies de aves y plantas habitan en la Ría de Villaviciosa, paraje protegido en el que se enmarca la finca.

Próximo a ella, a escasos 2 kilómetros, se encuentra la Playa de Rodiles. Aproximadamente 1 kilómetro de arena de playa en la que es frecuente la práctica de deportes acuáticos. Pasar aquí el día es posible gracias a la oferta turística que ofrece el entorno, en el que también hay espacio para un merendero en el bosque de pinos situado al fondo de la playa.

También conocida como la Costa Jurásica, muchas de las rocas que forman los acantilados desde Gijón hasta Ribadesella aún conservan las huellas de los primeros dinosaurios.