La Pedraza B

Esta casa rural se encuentra en Gallegos, un municipio segoviano enmarcado en la Comarca de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza. 

Se trata de una vivienda de alquiler íntegro con una capacidad máxima de 4 personas que será perfecta para disfrutar junto a los tuyos. Sus habitaciones son: 

• 2 habitaciones dobles con cama de matrimonio.

Su interior dispone de techos con vigas de madera y paredes de piedra o pintadas en tonos claros, al igual que la casa. Las camas están equipadas con sábanas y mantas y junto a ella encontrarás mesillas con lámpara de noche. También un armario donde guardar tu equipaje. 

En cuanto a las estancias de la casa estas son:

• Una amplia cocina con muebles de madera y los electrodomésticos así como el menaje necesarios para realizar tus mejores platos. 

• Una sala de estar situada junto a ella en la que habrá cómodos sofás, una televisión para no perderos vuestros programas favoritos.

• También una mesa de madera en la que reuniros a comer y charlar. 

• Un cuarto de baño completo con plato de ducha y toallas. 

En cuanto a la zona exterior, compartida con otro alojamiento, encontraéis:

• Una  piscina con jardín. 

• Una zona de barbacoa con mobilairio d ejardín .

Se trata de una casa maravillosa para disfrutar junto a tu familia de un descanso reparador tras un largo día recorriendo los lugares más bonitos de la provincia. 

Gallegos es uno de los 18 municipios que se encuentran al sureste de Segovia en la Comarca de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza.  A 8km de Pedraza. Será un lugar fascinante en el que descubrir los siguientes rincones:

• Los pequeños pueblos de la zona están cargados de una arquitectura típica en la que destacan como elementos la piedra y como colores el salmón. 

• En ellos disfrutarás de sus fiestas y costumbres así como de la mejor gastronomía. 

• Unos parajes naturales que son bordeados por antiguos caminos que fueron recorridos por personajes históricos. 

• A 37 kilómetros encontrarás Segovia una ciudad en la que disfrutarás recorriendo sus calles de piedra y, por supuesto, admirando el acueducto romano.