La Casa de la Abuela

Extraordinaria finca rústica con piscina en el toledano pueblo de Méntrida, a poco menos de una hora de Madrid capital. Este alojamiento tiene una capacidad para albergar a 17 personas.

La casa pone a disposición y disfrute de sus huéspedes los siguientes espacios y elementos accesorios:

• De los 6 dormitorios de los que dispone la propiedad, 5 serian dobles, 4 de los cuales estarían equipados con camas de matrimonio y los dos restantes tendrían literas, en el caso del doble 2 pares y en el de tamaño más pequeño tan solo un par, además de tres camas supletorias.

• En el espacio de descanso diseñado en el salón se han dispuesto tres tresillos configurando alrededor de una mesa de café un lugar perfecto para la tertulia. Aunque también existe una sala en la que podemos gozar del fuego en una chimenea rodeada de bancos que nos proporciona esa pacífica sensación hogareña gracias a su decoración rústica a base de aperos de labranza.

• La cocina está equipada con un gran frigorífico con congelador, microondas, vitrocerámica, campana extractora de humos, lavaplatos y horno. En esta misma estancia es donde se ha propuesto el comedor con una enorme mesa de madera con capacidad para 20 comensales.

• En los 5 baños, además de los elementos sanitarios básicos como retrete o lavabo, encontramos plato de ducha.

En el exterior de la propiedad encontramos unas amplias zonas ajardinadas provistas en ciertos rincones de mobiliario de jardín. Puede que lo mejor de la finca sea el precioso patio de estilo español en el que se halla situada la piscina y el solárium que la rodea, en una composición chill-out con tintes ibéricos.

En una excursión hacia tiempos pretéritos encontraremos a algo menos de 45 minutos en coche los Toros de Guisando, una de las joyas de la cultura de los pueblos prerromanos que aún siguen en pie. Estas esculturas de granito, que datan del siglo I y II antes de Cristo, han sabido aguantar el paso del tiempo hasta llegar a nuestros días, a pesar de estar a la interperie, sin llegar a pisar en ningún momento de su existencia una sala de museo.

En caso de apetecernos realizar una ruta relajada, de dificultad más bien baja, rodeados de naturaleza, acompañados por el rumor del río Alberche, quizá nos apetezca acercarnos al Parque Forestal del Gurugú, en el que podremos caminar a la sombra de los pinares e incluso observar el vuelo de rapaces autóctonas.

Si quisiéramos disfrutar de las ruinas de una fortificación del medievo tardío, a poco más de media hora yendo hacia el sur en coche podremos encontrar con facilidad el Castillo de Barcience, en el pueblo del mismo nombre, al poco de rebasar su cementerio. Se trata de una fortaleza en buen estado en la que podremos disfrutar de toda su estructura pétrea y observar los efectos del batallar sobre sus murallas.