La Alpujarra Alta se abre paso entre barrancos y valles, ofreciendo un idílico lugar, en Capileira, para disfrutar del turismo rural en un ambiente de costumbres y tradiciones arraigadas.
A una altitud cercana a los 1.500 metros, se asienta este pueblecito granadino en el Barranco de Poqueira, como la puerta de entrada al Parque Nacional de Sierra Nevada, un espectacular espacio natural, donde los amantes de la montaña y la nieve tienen un rincón privilegiado para disfrutar de diferentes deportes con impresionantes vistas.
¿Sabes algo sobre sus orígenes? A pesar de que fenicios, romanos o visigodos ya poblaban esta zona, los que han dejado una impronta todavía palpable fueron los árabes, concretamente durante el reino nazarí, aunque posteriormente, en la Revuelta de las Alpujarras, la mayoría de sus habitantes fueron expulsados por Felipe II, repoblando la zona con gentes de otros puntos de Castilla.
A pesar de haber expulsado a los árabes, éstos dejaron un amplio legado que, a día de hoy, se puede notar a través de la arquitectura y algunas tradiciones.
¿Qué ver en Moya? Estrechos callejones empedrados forman su entramado de calles, con casas de estilo bereber, donde los tinaos, una especie de pasadizos, o los terraos, tejados planos acabados con una arcilla conocida como launa que evita la erosión, son las principales características de la arquitectura alpujarreña tradicional, un punto clave para que la localidad esté denominada como Conjunto Histórico-Artístico.
Entre sus monumentos destacados tenemos la Iglesia de Santa María la Mayor, originaria del siglo XV, y, posteriormente reconstruida en el XVIII, es el lugar donde se puede visitar el Campanario-Museo, en el que se exponen yugos de campanas o bulos pontificios del siglo XVIII, entre otros, con el añadido de poder contemplar una preciosa panorámica de la localidad.
La Casa-Museo Pedro Antonio de Alarcón, además de tener reservada una parte para la obra de este escritor, también sirve para echar un vistazo a usos y costumbres alpujarreñas, sirviendo como museo etnográfico.
Varios lavaderos antiguos también se conservan en la Fuente de la Pileta y la Fuente de Hondera, así como se puede contemplar las vistas del Barranco de Poqueira y Sierra Nevada desde algunos miradores, como el de Perchel o las Eras de Aldeire.
¿Estás pensando qué puedes comer si visitas Capileira? Una dieta bastante variada, basada en carnes y productos de la tierra forman parte de la cocina típica alpujarreña, donde platos como las migas alpujarreñas, la sopa alpujarreña con almendras picadas, el puchero de berza, el choto capilurrio, las gachas pimentonas o el jabalí en salsa son algunos que te dejarán un buen sabor de boca.
En cuanto a sus fiestas patronales, se celebran en dos fechas diferentes: el último fin de semana de abril, en honor a la Virgen de la Cabeza, y la segunda semana de agosto, dedicada a la Virgen de las Nieves, siendo una de las actividades más llamativas, la confección de una corona hecha con flores naturales.
Como último apunte, hacemos alguna referencia a su economía, íntimamente relacionada con la artesanía tradicional y la ganadería, pero además se ha convertido en un referente del turismo slow, donde el turismo rural ofrece un refugio en el que alejarse del estrés diario.