A orillas de las aguas turquesas y cristalinas que rodean la isla de Formentera, nos da la bienvenida el pueblo de Sant Francesc Xavier, un lugar donde la arquitectura combina a la perfección con el turismo rural.
Sant Francesc Xavier, a la que se suele conocer como Sant Francesc de Formentera, es la capital de Formentera, una de las Islas Pitiusas, y está situada al norte de la isla, a pocos kilómetros del puerto de La Savina y la espectacular playa de Estany des Peix, que, a través de un pequeño paso conocido como Sa Boca, forma una especie de piscina natural con el agua del mar.
Con respecto a su historia, sepulcro megalítico de Ca na Costa, en las cercanías del Estany Pudent, da cuenta de que en la Edad de Bronce, esta zona ya estaba habitada, aunque no es hasta la época de los árabes en que no se establece una población permanente, dejando restos históricos de este período de tiempo, como aljibes o pozos.
Es a partir del siglo XIII cuando, después de la conquista de las Islas Pitiusas, cuando más relevancia toma la población, dejando tras de sí gran parte del patrimonio arquitectónico que podemos ver hoy en día.
¿Te apetece saber qué monumentos se pueden ver en Sant Francesc Xavier? En el centro neurálgico de la localidad destaca la Iglesia de San Francesc, con la peculiaridad de su robusto aspecto, puesto que fue concebida como un templo-fortaleza debido a la presencia de piratas por la zona en la época.
Datada entre los siglos XIII y XIV, tenemos la Capilla de Sa Tanca, que fue la iglesia original en su tiempo, pero debido al crecimiento de la población, se quedó pequeña.
Otro encanto de su arquitectura tradicional son el conjunto de Molinos de Sa Mirada -o Miranda-, compuesto por el Molí d’en Mateu, el cual es privado, y el Molí d’en Jeroni, originarios del XIX, y que, en el caso de este último, se puede visitar.
Como espacios culturales, Sant Francesc Xavier ofrece la Sala d’Exposicions Ajuntament Vell, donde habitualmente se realizan exposiciones, o el Centro Antoni Tur “Gabrielet”, más dedicado a la artesanía, con actividades como talleres relacionados con oficios artesanales.
Si quieres saber de primera mano cómo vivían antiguamente las gentes de la localidad, la Colección Etnografía de Formentera es una manera muy gráfica de hacerse una idea, puesto que cuenta con una amplia experiencia de utensilios, herramientas, vestimentas y demás enseres tradicionales.
Llega la hora de la comida y ¿no tienes idea de qué platos típicos puedes pedir? La fritá de pulpo es uno de los platos más conocidos, sin dejar de lado la sobrasada o la butifarra, mientras que para endulzar el paladar los orelletes tradicionales se sirven con un vino dulce.
¿Te sobra tiempo para un rato de fiesta? Dos de sus fiestas más destacadas se celebran en pleno verano: el 25 de julio, la fiesta patronal de Sant Jaume, y en agosto, el día 5, las fiestas de la Tierra, en honor a Santa María.
Durante el otoño también encontramos otra festividad, celebrada el 3 de diciembre, dedicada a Sant Francesc Xavier.
La economía de esta localidad, en sus orígenes, estaba ligada a la pesca y agricultura, además de tener un espacio para los oficios artesanos, de los cuales se desprenden sus bonitos mercadillos artesanales de hoy en día, aunque si hay un sostén económico fundamental, es el turismo, habiéndose convertido en un destino muy apreciado por viajeros, y, especialmente, destacando el turismo rural en los últimos tiempos.