Cortijo los Llanos

A las afueras de Monachil, en el Parque Natural de Sierra Nevada de Granada, se alza este cortijo tradicional del año 1890, completamente rehabilitado para servir de alojamiento rural en mitad de las maravillas de la región. Cercano a los núcleos culturales y de actividad de Granada, es una elección maravillosa para visitar esta parte de Andalucía y sus lugares más entrañables.

El cortijo original recibía el nombre de la familia propietaria, y en un principio constaba únicamente de una casa; posteriormente fue ampliado hasta un total de 3 viviendas, siguiendo el estilo, trazado y materiales originales, conservando su aire rústico y tradicional. Todas las casas han sido rehabilitadas, poniendo como clave la comodidad y la funcionalidad.

El Granero, la casa principal que conforma la vivienda original, tiene espacio para 4 personas en sus 2 habitaciones, ambas dobles con camas individuales de 90, además de armarios empotrados para guardar todas las pertenencias y mesitas de noche; los dos tienen también ventana al exterior, y un estilo rural que se refleja en el mobiliario, la sobria decoración y la ropa de cama.

El salón comedor es suficientemente amplio como para albergar una mesa con varias sillas, una chimenea de leña y una televisión. El sofá que contiene, además, se convierte en cama, de manera que es posible albergar una persona más, previo aviso. 

La cocina, en una estancia independiente, es amplia y luminosa, con fogones, microondas, una cafetera y refrigerador; en fin, todo el equipamiento y menaje necesarios para comer sin depender de terceras personas.

El baño de la casa tiene plato de ducha y bidé, además de un sistema de ventilación mecánica, que lo mantiene ventilado y el ambiente higienizado. 


El Pozo es una de las casas rehabilitadas, y la más grande de las tres del cortijo. Tiene capacidad para 6 personas entre sus 3 dormitorios. Uno de ellos posee una cama de matrimonio, que lo convierte en el dormitorio principal, y un armario; los otros 2 son dobles, con un par de camas individuales y uno de ellos con armario también. Todas las habitaciones contienen, además, mesillas de noche y ventanas que dan al exterior, discretas y con marcos de madera oscura, que dan luz a la habitación y le procuran buena iluminación.

El salón comedor, amplio y luminoso, tiene también televisión y una estufa de leña. Hay una mesa con sillas suficientes para los ocupantes y, además, una vieja radio que da un toque antiguo y rústico a la estancia.

Independiente del salón y el resto de estancias se encuentra la cocina, muy amplia y completamente equipada, sin que le falte microondas ni refrigerador, ni espacio de trabajo para cocinar con calma y sin agobios. 

El cuarto de baño de la casa cuenta con bañera, y se completa con bidé, inodoro y lavabo. La ventana que lo ilumina da al exterior, y es suficientemente pequeña como para mantener la discreción en esta estancia tan íntima.

En la entrada a la casa hay un porche con barbacoa, amplia mesa y excelentes vistas tanto de los terrenos del cortijo como del entorno.

La Leñera, pese a su nombre, no es tan pequeña ni más modesta que las otras viviendas. De sus 2 dormitorios, uno posee cama de matrimonio y el otro 2 camas individuales; a ninguno de los 2 le falta mesitas de noche, armario y ventana al exterior. Hay en total espacio para 4 personas, que se encontrarán cómodamente instaladas.

El salón comedor cuenta con una discreta estufa de leña, enfrentada al sofá cama, y al lado de la televisión. El techo inclinado y las vigas de madera lo dotan de ese encanto rústico que comparten los tres alojamientos.

La cocina se encuentra integrada con el salón comedor, en un concepto abierto, tipo office, y pese a su modestia no le falta de nada: cuenta con microondas, refrigerador y fogones. 

El cuarto de baño, con ventana al exterior, tiene plato de ducha, completamente cerrado con mampara, bidé e inodoro. El porche exterior, a través del cual se entra a la casa, está techado y tiene mobiliario de jardín; su posición ligeramente elevada le da una vista privilegiada sobre el terreno.

Las 3 casas cuentan con una serie de servicios comunes. Todas ellas disponen de ropa de cama, sábanas incluidas, además de toallas y una carga de leña para las chimeneas y estufas, y una zona de lavandería común. Tienen además la posibilidad de hacer uso de las instalaciones del cortijo y del entorno, incluida la piscina y los terrenos. 

Granada queda a tan solo 3 kilómetros del cortijo, por lo que visitarla es una opción que no debe desaprovecharse. La ciudad es una muestra inigualable del arte y arquitectura árabes, y la Alhambra es visita obligada para todo aquel que esté pasando una temporada en las inmediaciones. 

Monachil, el pueblo en cuyo término municipal se encuentra el cortijo, es un enclave rural con encanto cuyas rutas de puentes colgantes el huésped no debería perderse; los Cahorros, en el pueblo, es un desfiladero con cascadas que puede ser atravesado por uno.

Guadix, cerca también del alojamiento, es otro punto cultural que debe visitarse, especialmente por su iglesia, de gran tamaño y preciosa arquitectura. También tenemos Pradollano, a 20 kilómetros, con la estación de esquí con más horas de luz solar de España.

El Parque Natural Sierra Nevada es otro espacio que visitar: lleno de fauna y flora local, destaca sin embargo por sus hermosos paisajes, que incluyen lagos, arroyos y cumbres lejanas cubiertas de nieve.