El Molino de Cicera

Al borde del desfiladero de La Hermida y con vistas a los Picos de Europa encontramos esta casa rural, de gran tamaño y estilo colonial del principios del siglo XX. Ofrece sus apartamentos y habitaciones, completamente equipados, para todos los huéspedes interesados en el interior de Cantabria, sus paisajes y sus zonas más reseñables.

La casa dispone de espacio para 15 personas, bien acomodadas y en grupos de entre 2 y 15.

Una opción de alojamiento es ocupar uno de los apartamentos, con una capacidad total para 8 personas cada uno entre las 4 habitaciones de que disponen. Estas habitaciones dobles pueden ser de matrimonio o con 2 camas individuales, y existe la posibilidad de solicitar camas supletorias, bajo disponibilidad.

Los apartamentos tienen también un salón comedor, donde encontrarán una chimenea de leña y una televisión, para pasar los ratos muertos. Esta estancia, recogida y cómoda, es perfecta para reunirse a comer o a debatir el plan del día.

Se une a las instalaciones de los apartamentos una cocina, recogida pero bien equipada, en la que no falta nada, ni siquiera un servicio de té. Comer comida casera no será una tarea imposible aquí.

Cada habitación cuenta con su cuarto de baño, bien equipado y con productos de aseo y toallas incluidos. Hay además un aseo compartido en los apartamentos.

Existe la posibilidad de alquilar las habitaciones con cuarto de baño de manera separada, para parejas o familias que no quieran alquilar un apartamento completo, si no les importa compartir. En ese caso, tendrán acceso a las instalaciones comunes del apartamento. De nuevo, estas habitaciones tienen la posibilidad de tener una cama de matrimonio o 2 individuales, e incluso de incorporar una cama supletoria adicional, para las familias o grupos más numerosos.

En el restaurante de la casa podrán disfrutar de deliciosos desayunos, y aprovechar para bajar y tomar algo o comer, y así disfrutar de algunas de las recetas tradicionales más sabrosas de la región, siempre consultando de antemano.

La casa dispone de 4000 metros cuadrados de jardín, con una amplia terraza con suelo de piedra y equipamiento para barbacoas, que complementa a las cocinas de los apartamentos y al propio restaurante. El resto del espacio son zonas de verde hierba donde solazarse y disfrutar de las impresionantes vistas de la campiña y las montañas.

El entorno es de gran valor paisajístico. El emplazamiento de la casa la sitúa entre la montaña y el mar, por lo que el huésped tendrá que elegir cada día de qué prefiere disfrutar.

La casa se erige en el Valle de Peñarrubia, la antesala de los Picos de Europa, un parque natural con impresionantes vistas y maravillosas cumbres, donde practicar numerosas actividades.

El Parque Natural Saja-Besaya, con el nombre de los dos ríos que lo recorren, alberga una fauna y flora que lo dotan de gran valor, tanto medioambiental como turístico.

Otra visión maravillosa son las Cuevas del Soplao, cuyos espeleotemas maravillan a la comunidad de expertos y aficionados a la geología, por su calidad y cantidad; el huésped quedará asombrado con el espectáculo de rocas y colores.

Potes, declarado conjunto histórico-artístico, queda cerca de la casa, queda a tan solo 20 kilómetros y en él pueden degustarse platos tradicionales de gran valor.

A 20 minutos está San Vicente de la Barquera, un pueblo pesquero con encanto y una gastronomía inolvidable, que debe ser visitado para disfrutar del auténtico ambiente de puerto de pesca.

Comillas y Santillana del Mar quedan a menos de media hora de camino, y son enclaves culturales de gran interés arquitectónico y artístico, por lo que no debe perderse sus edificios y museos.