Casas Rurales Cerca de la Playa en Labra

El alojamiento rústico de Amparo es perfecto para una escapada en pareja. Tranquilo, ajardinado y con aparcamiento a la puerta. La cama es cómoda y las sábanas de calidad. El baño dispone de todo lo necesario, incluido secador de pelo. Aunque nosotros apenas lo usamos, dispone de dos TV en el estar y el dormitorio.

Hemos estado este puente de la Constitución en la Casa Rural Santu Colás. Merced a Tadelo, hemos estado como en casa. La casa realmente bien situada, con unas habitaciones agradables y sigilosas. Los desayunos muy, muy buenos, y con muchos detalles. La localización de la casa es perfecta, puesto que tienes cerca muchos pueblos para hacer buenas sendas, asimismo urbes esenciales como Gijón y Oviedo. Hacer caso de lo que os afirme Tadeo, para la adquisición de productos de la tierra y comer en los mejores restaurants.

Hola somos una pareja con pequeños,hemos estado del catorce al veintiuno de marzo,y deciros que vengo con ganas de reiterar,los pisos en si,no le faltan de nada,limpios no lo siguiente,totdo lo preciso para el menage,no se oye estruendos de la calle,son muy sosegados,unas vistas realmente bonitas desde cualquier ventana,la zona común,el jardín es fabuloso,estuvimos montando en las bicicletas que te deja,jugando a tiro con arco,mis hijos no hacían pero que correr por todo el jardín con ellas,ideal para ir con pequeños,pillamos la piscina ya abierta,y os puedo asegurar que nada de frio,si vas con suéter,te asas dentro,los pequeños han gozado de lo bonito,ya dicen que cuando vuelven a ver a victor,el trato con el a sido muy próximo,nos a dicho sendas para hacer,y lo que podíamos visitar que merecia la pena,como la olla de san vicente,muy bonito,nosotros nos guiamos mucho por las creencias de la gente y sencillamente os digo,que repito.

Hemos estado en El Calerín 4 personas en el puente de mayo (dos mil diecisiete). La casa está perfecta, en lo que se refiere a todo: limpieza, equipamiento, decoración, climatización... Se está muy a gusto puesto que las estancias son muy grandes, tanto dormitorios, como cocina, salón...Sinceramente, te hallas como en casa. Las vistas desde la casa son inusuales, y solo se oyen las ovejas y las gallinas, un privilegio para los que venimos de la villa de Madrid.

Un año más y cada vez mejor. Hemos repetido otra semana, como no podía ser de otra forma, en tanto que la proximidad de Carmen y de Jose hacen que te sientas como en tu casa, mas en la mitad del paraíso. La residencia está situada en un pequeña aldea, en la que el tiempo pasa con otro ritmo, con el compás que marca el agua del pequeño arroyo que corre a escasos veinte metros de la terraza, lugar desde donde puedes gozar de una de sus barbacoas, plenamente pertrechadas, con mesas y sillas en las que tomar una copa sosegada, tras haber hecho cualquiera de las múltiples visitas que se pueden efectuar desde Llenín.