Casas Rurales con Chimenea en Madremanya

Tanto la casa como el pueblo merece la pena visitarlos. El entorno es encantador y el pueblo, pequeño pero con un bar (La Escuela) en el que nos dieron de cenar estupendamente y con un ambiente genial. La ubicación del alojamiento es buena para hacer muchas visitas, al lado está Púbol con el Castilllo de Dalí y Gala, por ejemplo. Es una casa de pueblo muy bien acondicionada y que mantiene el sabor de las casas antiguas pero con todo tipo de comodidades.

Dos días magnificos en la Casa rural de Can Bonet. Nos alojamos en la vivienda grande. Hay que destacar muchas cosas de esta alojamiento de campo. Lo primero el trato de su propietario, Jordi, una persona muy cercana dispuesto a tu estancia sea buena, y lo consigue, te da mucha información de la zona para que disfrutes de la estancia. No le falta detalle en nada, tiene buena vajilla, todos los electrodomésticos necesarios, calefación funcionando todo el día y además tienes leña para la chimenea a tú disposición.

Hemos estado este fin de semana de abril en el alojamiento la Pallisa y sin duda ha sido todo perfecto. La vivienda turística perfecta. Cuidada al mínimo detalle. La zona es preciosa. Pero lo mejor el trato de Jordi que nos explicó lo que podíamos hacer y donde ir. Y sin duda es todo precioso. Cogimos las bicis y nos fuimos al mercado ecológico que lo ponen el segundo sábado de cada mes, es pequeñito pero con unos productos buenísimos.

Después de una semana en la Casa rural de Can Bonet. "La Pallissa" —un alojamiento de diseño-, en medio de la naturaleza en el pueblo de Sant Martí Vell. Para destacar, el silencio, la paz y la distancia con el mundanal ruido del pueblo más cercano. La Masía tiene de todo lo que puedas necesitar para una estadía; Barbacoa exterior, sala de juegos, bicicletas para hacer rutas e información de Ane y Jordi de lugares o el pueblo para hacer tu compra diaria, obsequiándonos con frutas y verduras de su huerta.

Unos amigos nos aconsejaron Cánido Puigmiquel como lugar ideal para familias y ya hemos estado 2 veces: en verano y en Semana Santa. La experiencia ha sido increíble: calma, ambiente fantástico, Monells, la Bisbal y el propio Sant Sadurní y, sobretodo, un jardín magnífico con piscina, columpios y barbacoa que han transformado Cánido Puigmiquel en el destino preferido de nuestros hijos.

Hemos pasado unos días muy realmente agradables. Nos ha agradado mucho la casa y el ambiente. Aconsejable.

Hemos vuelto de Perro Puigmiquel encantados de la vida y con las pilas cargadas. El paisaje es paradisiaco, del mismo modo que la casa en la que estuvimos. El tiempo acompañó e inclusive pudimos gozar de la barbacoa del jardín y de las tumbonas. Los pequeños se lo pasaron a lo grande, corriendo por el césped, jugando en los columpios y haciendo castillos de arena. La hospitalidad de los dueños está a la altura del alojamiento: genial.