Casas Rurales Románticas en Pirineo aragonés

El Ensueño, en Caneto, es un lugar en medio de los montes aragoneses donde sentir la naturaleza y mucha paz. Una casa restaurada por sus propietarios con mucho gusto, de piedra por fuera y llena de color por dentro, preciosa. Y de sus propietarios solo tengo buenos recuerdos, muy agradables y atentos. Hemos ido de alquiler en noviembre con nuestro hijo que se lo ha pasado genial, y con nuestros perros grandes que también han disfrutado de esos agradables paseos en un entorno especial.

Un ambiente de ensueño en un val no demasiado explotado turísticamente, unas instalaciones de primera calidad, el contacto directo con la naturaleza: gatos muy sociables, huerto distribuidor de materias primas que Manoli cocina como no te puedes ni imaginar de lo bien que lo hace (comida fácil con la mejor calidad culinaria, combinación idónea para ganar peso), y, sobre todas las cosas, la calidad humana excepcional de Angel (el artista que sabe hacer de todo y todo bien), de Manoli y de Fanny.

Alojados un fin de semana, la limpieza excelente, calefaccion marchando mejor que en tu casa, estaba caldeada a nuestra llegada. Las camas están realmente bien. Dispones de todo en la cocina y en el baño. Sobra decir la afabilidad de sus dueños, simplemente muy aconsejable. Yo repito con mi mujer y mi hijo de cuatro años para diciembre.

Este año decidimos vistar Ordesa y la eleccion de casa alastrue fue el primer éxito de estas vacaciones.Es lo mejor que conozco en turismo rural, las estancias son extensas, la orientacion es agranda, y la afabilidad de Ramon mejora lo que esta realmente bien valorado. La limpieza, la dotacion y las instalacines son de una calidad merecedora de 5 estrellas, Aconsejo a todos y cada uno de los que lean este mensaje que visiten Casa Alastrue y verifiquen por si acaso mismos las maravillas de esta casa.

Estuvimos paseando por el valle de Gistaín durante diez días de agosto y Casa Feixas fue nuestro impecable hogar durante esos días. El trato no pudo ser más acogedor. Los desayunos fueron deliciosos y nutritivos y nos prepararon para largas caminatas por un valle encantador. Y las cenas nos recompusieron por las noches... incluso en exceso, porque era imposible no comer un poco de más de las gustosas verduras del huerto y de los muy caseros guisos de Rosa, la propietaria.

Estuvimos en Semana Santa en familia, 2 matrimonios con cuatro pequeños. Los pisos ya estaban ocupados, con lo que María Luisa nos ofreció el alquiler de la segunda planta de su residencia. Ya nos advirtió que no estaba tan arreglada como los pisos, que tuvimos la ocasión de visitar y tenían buenísima pinta, mas la casa estaba limpia y adecuada. El trato fue buenísimo, María Luisa nos recibió y nos dio toda la información precisa para conocer Biscarrués y su ambiente.