Casas Rurales con Piscina en Pirineo aragonés

Pasamos el puente de diciembre en la Era de Navarri, una experiencia altamente recomendable, gracias Silvia y Albert por ser tan acogedores. Pudimos realizar unas bellas excursiones por los alrededores, y sobre todo Bonansa es una población muy bien situada, cerca de los valles de Boí, Benasque, Isabena y Aran. Seguro que repetimos, los peques la están hablando de volver. Este verano hemos repetido en la misma casa, es una pasada lo bien que lo hemos pasado todos, nuestra perra incluida.

la casa el dueño de diez. De forma perfecta pertrechada tanto en dormitorios como en baños y cocina. El tercer día cayó una nevada tremenda y no podíamos salir del pueblo. Llamé a Loren y nos asistió a solucionar el inconveniente. Nos mandó al regidor de Borau y nos acompañó con su todoterreno hasta el momento en que nuestro vehículo pudo proseguir. Muy agradecido.

Estuvimos diez adultos con seis pequeños, todo esta perfecto, la casa, el trato, el ambiente, pasamos un fin de semana estupendo. Aconsejable cien por ciento . REPETIREMOS

Hemos estado dos parejas y un can en el búngalo, de búngalo no tiene nada! la llamaria casa de en sueño, El trato con los dueños estupendo, son una pareja majisima. nos recomedaron sitios para cenar, comer.. La casa, es idónea para 2 parejas o bien una pareja con pequeños, el ambiente es PRECIOSO!!, los jardines super cuidados, la pista de tenis también , la piscina la estaban prepara

Un alquiler de fin de semana incomparable con un grupo de amigos, varias familias y varios niños. Los propietarios Manuel y su mujer son muy cercanos y dispuestos a ayudar en lo necesario. La vivienda es magnífica, habitaciones grandes y muy bien decoradas (como buena casa rural que es) Varias zonas de estar, varias cocinas, baños... todos sobradamente equipados. Algunos muebles están hechos por Manuel y su hijo, bonitos y prácticos.

Ya no sé cuantos años hace que descubrí Casa Francés, fuí de los primeros "turistas" y la verdad es que poco o mucho cada año he vuelto, ¿sabeis por qué?, no tan solo por la maravillosa vivienda o la paz que se respira en toda la comarca, sino porque encontré personas auténticas, la familia Nadal al completo son encantadores anfitriones.

Estuvimos un grupo de amigos, 42 para ser exacto, con camas supletorias. Fue un fin de semana de mayo magnífico, a la finca rústica no le falta detalle y si eso lo unes a la preciosidad del entorno pues hay que ponerle un 10 en todo. Nos fuimos con la pena de no poder estar más días, pero todo se andará. Los dueños/encargados de la finca fueron encantadores desde el primer momento, sin duda alguna repetiremos.

Estuvimos el primer fin de semana de junio diez mayores y seis pequeños y las verdad es que estuvimos maravillosamente. Ambiente increíble para relajarse al cien por ciento .