Casas Rurales con Spa en Huesca

Nos ha encantado estar unos días, y nos ha sabido a poquísimo. La casa increíble y los dueños, su familia y el resto de los habitantes del pueblo que a propósito son solo veinticinco fueron muy singulares y nos hicieron sentir como en casa. Hace mucho que no la pasábamos tan bien y nos sentíamos tan en familia. Mil gracias por todo y aguardamos volver pronto. Si tienen tiempo y desean gozar de una buena casa rural con buena atención, no vacilen en alojarse en casa el francés.

Cuando llegamos nos enamoró. Estuvimos alojados en el Pajar II B, un piso totalmente pertrechado y con una decoración deliciosa. El ambiente es hermoso, con abundantes lugares para visitar y sendas para efectuar. De noche se podía reposar con perfección. Contentísimos de habernos alojado una semana. Marisa, su dueña, cautivadora. Vamos a repetir sin titubear.

Hemos pasado una semana magnífica en el piso calle, es pequeño mas con todas y cada una de las comodidades para una buena estancia. La limpieza, impecable. En el jardín comunitario, nos hemos deleitado desayunando bajo el almendro centenario. La localización es espléndida para conocer la zona. Hemos estado en verano y pensamos regresar en otras estaciones para gozar de los fabulosos paisajes.

Fuimos a esquiar a Formigal y nos quedamos en los tres alojamientos que están disponibles. Éramos tres familias, 6 adultos y 5 niños y estuvimos bastante amplios. Dos de las viviendas están en la misma casa y planta, por lo que cocinamos y comimos (los niños primero y los adultos después) en una de ellas ya que los comedores/cocinas son bastante amplios. Las casitas eran cálidas y acogedoras.

Estubimos para San Valero y es una casa Bella, además de tener unas vistas increíbles, esta realmente bien situada para poder hacer visitas. Estubimos con pequeños pequeños y la casa se nos hizo muy agradable.

Tras quince años viajando por casas rurales, este alojamiento ha sido de los mejores. Dar las gracias a Alfredo su cortesía y afabilidad, siempre y en todo momento tiene un detalle con los pequeños y con los inquilinos. De ponerle algún inconveniente a esta casa rural sería las escaleras para subir al piso, puesto que estuvimos alojados en una segunda planta, mas en cuanto al resto un diez.

La casa de mucho lujo. Y el amanecer que ví desde mi habitación con la iglesia y el val radiante mas con una pequeña nieblina a nivel del suelo, ha sido, indudablemente, el mejor que he presenciado en mi vida.

Si buscas las comodidades que ofrece un hotel de la cadena Hilton, este no es el lugar. Si deseas estar como en casa, en un ambiente verde y increíble, Ana se ocupará de ello. El segundo día llegamos tarde a cenar y Ana nos afirmó : « no os preocupéis, que cuando menos ya estáis en casa ». Por el hecho de que es Ana quien se hace cargo de hacerte sentir como en tu casa, siempre y en todo momento afable y adecuada, aun con los pequeños.

Somos un matrimonio con 2 hijos, hemos estado alojados cinco noches en el piso arándano de Casa Rios y seguro volveremos. Los pisos están super bien pertrechados y desde el balcón hay unas vistas hermosas del pueblo.Todo novísimo. El dueño y su madre son muy afables, nos aconsejaron sendas para efectuar con los pequeños. Una experiencia que aconsejo.

Dar las gracias el fantástico trato recibido por su dueña Ana, estuvimos un par de días. El pueblo sosegado, pequeño y en frente de unas vistas increíbles de los picos neviscados, desde el pueblo salen múltiples sendas andando de bonitos paseos entre bosques y prados. La casa rehabilitada tiene un Rte inferior, un comedor-cocina común bien pertrechado, con libros y dvd, sofa y tele. La habitación muy agradable.

Rozando la perfección. La casa, excelente. Hemos ido con pequeños, Marisa nos recomendó realmente bien sobre el piso, comodidad, amplitud para jugar con los pequeños, todo muy limpio (como nuevo, si no lo era), calefacción ideal... Realmente bien. La ubicación, muy apropiada. Hemos visitado muchos sitios pues está cerca de muchas cosas. El trato con los dueños, adecuado, próximo.

Es una casa de piedra en el centro del pueblo, el piso pequeño mas no le falta detalle y todos y cada uno de los aparejos en buen estado. El pueblo pequeño asimismo, mas con panadería, carnicería, supermercado, bares, restoranes, un museo de juegos tradicionales. Muchas cosas para visitar en los aledaños, tanto naturaleza como arte. Y los dueños cautivadores.

Hemos pasado tres noches en esta cautivadora casa rural rehabilitada con mucho gusto y perservando una parte de su encanto, la verdad que hemos estado como en casa. El entrecierro es de relax absoluto, la casa está ubicada en un pequeño pueblecito realmente bien ubicado para hacer excursiones por la zona. El trato con los dueños ha sido cautivador tanto Mireia como Ferran, han estado muy afables con nosotros y con nuestra peque, nos recomendaron super bien tanto en excursiones como en los restaurants de la zona.

Mil gracias, Mireia, Ferran, por esta estancia de ensueño en vuestra bella casa. Todo, desde las montañas que rodean vuestro pueblo, hasta la exquisita mermelada de fresa del desayuno, nos ha semejado fantástico (pasando por todas y cada una de las cenas de Ferran, el artista, los pequeños jugando, el gato maullando, el gallo cantando, el batido de cola-cao, las conversaciones, la calma del pueblo.