Casas Rurales para Dos Personas en Oiartzun

Ha superado nuestras esperanzas. El ambiente, de ensueño. La casa, decorada con mucho gusto y realmente bien cuidada. Se respira paz y calma. Percibir el silencio es posible en esta casa (interrumpido gratamente por el sonido de la naturaleza que hay alrededor: ovejas, buhos,...). El trato de los dueños, delicioso (prudentes, atentos, simpáticos). El desayuno, casero con productos de primera (si uno desea puede llevarse el suyo pues disponen de una cocina completa donde puedes cocinarte cuanto quieras).

Tuvimos que alojarnos en uno de los alojamientos ya que las habitaciones dobles estaban ocupadas y necesitábamos 2 porque somos 4 miembros de una familia. Por lo demás dormimos plácidamente, ya que el sitio a pesar de su cercanía con Irún, es muy tranquilo. Los dueños son amabilísimos y nos atendieron tanto a nosotros como a nuestros perritos perfectamente. Además a los perros los sacaron a un patio grande para hacerles más agradable la estancia cuando nosotros no podíamos hacerlo al tener que hacer turismo.

Nuestra visita ha sido breve, mas hemos estado de mucho lujo! Juan Mari y su mujer son cautivadores y tan afables... El baserri es fácil, tiene unas vistas increíbles tanto de día como por la noche (la luna vista desde la cama no tiene coste!) y la habitación era amplísima y limpia. Para los más despitados un consejo para no perderos al llegar: no perdáis de vista el desvío que señala ZALDUNBORDA!

Estuvimos sólo una noche en abril pero decir que vale la pena realizar la estancia en la casa rústica si quereís visitar San Sebastián y los alrededores. Se encuentra cerca de todos los núcleos a visitar y enlazas enseguida con las carreteras. El caserío es nuevo y acogedor, la habitación y el baño espacioso, la cama cómoda, etc. Desayunamos en el alojamiento, y la verdad muy bien: café, leche, zumo, colacao, nescafé, tostadas con mantequilla y mermelada y un crossaint muy bueno.

Nosotros hemos estado tres días en este bello caserío, deseábamos visitar San Sebastián mas al unísono contar con de espacio verde a fin de que pudiesen jugar las pequeñas y este caserío es justo lo que buscabamos. Estábamos cerca de Donostia, cerca del centro comercial y cerca de otras salidas por si acaso lo que quereis es visitar otras localidades. Además de esto nos alojamos en la habitación que tienen para cuatro personas, que realmente son 2 habitaciones independientes y que me semeja una idea excelente cuando se viaja con pequeños, ya mayorcitos, y deseamos tenerlos cerca mas al unísono gozar de un tanto de amedrentad.

Hemos estado 4 días en mayo y no podemos decir más que cosas buenas. La habitación con un balcón con vistas al valle fue immejorable. Limpio, ordenado y la decoración exquisitamente cuidada. Los exteriores del caserío son también un lujo, rodeados de naturaleza y vida. El trato de sus propietarios, Ainhoa y Mikel, así como de los padres de Mikel ha sido excelente, atento y nos hicieron recomendaciones para visitar sitios de los alrededores que nos encantaron.

En pleno corazón de estas tierras nos adentramos en busca de algún buen posadero, pero todos ellos se encuentran repletos de forasteros y gentes del lugar, celebrando alguna fiesta, salen cantando y bailando por doquier. Al final del camino cuando crees que termina, encontramos una casona Artola, nos dan cobijo para reparar nuestros estomagos y refrescar el gaznate, acomodarte en la estancia viendo ese festín que esas gentes disfrutan, nos dan esperanzas de recuperar las fuerzas. La posadera nos atiende con gracia, haciendo que nos sintamos como en casa. Las cubas repletas de caldo que el posadero ha realizado con mimo como le enseñaron, las viandas en riguroso orden, atendiendo a unas normas por ellos establecidas,n uestras mentes se van confundiendo por el paso del tiempo,s entarse en sus bancos y disfrutar mientras va caiendo de las cubas el bien preciado.

mi mujer y , al lado de mis hijos y una parte de mi familia (cuñado/a y mi sobrina), hemos estado en esta casa rural, que si bien está en plena naturaleza, tienes a pocos minutos en turismo, el mismísimo casco viejo de San Sebastian. Que decir de la casa, quizás la limpieza, la decoración, el ambiente etcétera, que si bien para mi gusto está perfecto, no es lo pero resaltable, lo que verdaderamente te deja mejor sabor de boca y con ganas de regresar, es la afabilidad, disponibilidad, atención y las ganas de gustar de la familia que administra LASKIN ENEA, (Joseba, su mujer y también hijos, Anne y Aitor).

Hola! Estuve alojada con mis 2 hijos una semana a lo largo de este mes de agosto. Desde el primer instante que pisé el jardín de Montañenea sentí que respiraba paz por los 4 costados. Sus dueños Alicia y José Ignacio son cautivadores y saben hacer que te sientas como en casa, cuidan todos y cada uno de los detalles. Hondarribia no puede dejar de visitarse, tiene rincones bellos, conque quien desee visitar el País Vasco no dude en ningún momento: su alojamiento ha de ser este, mis hijos ya tiene claro que el año próximo desean regresar.

La casa está situada en un entorno privilegiado, ya que goza de la cercanía del monte y la playa cuyo contraste le proporciona un encanto muy especial. El lugar disfruta de una claridad y una naturaleza como muy pocos lugares la poseen: el canto de los pájaros y las aves que se acercan al humedal te acompañaran desde por la mañana. Vivirás y sentirás el arte desde el primer momento; pues, a su vez, es un taller de arte. Y, lo que es más importante, podrás tener la suerte de recibir y disfrutar de las explicaciones y las clases de sus anfitriones. En una palabra: ¡un verdadero lujo! Las habitaciones, además de gozar de las comodidades de la vida moderna, te harán sentir el arte muy de cerca. El trato es muy cercano y afable; y, aparte de la cocina vasca y mexicana, podrás disfrutar de lo mejor de la cocina internacional.