Opiniones sobre Casa Covadonga - Fontecha

¡Nos ha encantado! Estuvimos mi pareja, mi perra y yo la semana pasada y volvimos maravillados con el lugar, incluso la subida en coche nos gustó para finalmente poder disfrutar de aquellas vistas. Lo recomiendo sin ninguna duda si lo que se busca es tener tranquilidad. La casita con lo justo para poder subsistir, lo necesario. Y Nadine y Servet son majísimos, ante cualquier duda su respuesta es rápida y amable. Quisiera volver porque ha sido una estancia estupenda.

La casa por fuera es muy bonita pero por dentro tiene mucha suciedad.

La campana de la cocina estaba sin limpiar, el baño tenía mucha telaraña y está muy negrecido. No hay fregona para por si acaso se te cae algo, telarañas por todos sitios, una sola sartén muy quemada y encima muy pequeña.

La nevera es súper pequeña, no entra casi nada, no puedes congelar nada por que no cabe nada en el congelador.

El camino de entrada es malísimo, son 30 minutos de puerto y de camino de piedra en total hasta llegar al alojamiento.

Lo único que valen son las vistas pero no repetiría. Mucho dinero para dónde se encuentra la casa y en las condiciones de suciedad que tiene.

El entorno y la cabaña son aceptables y los propietarios amables, pero llegar allí si no estas preparado, es un trayecto bastante complicado. Aparte cuando llegamos había niebla y te puedes perder con facilidad. Sobre todo llevar bastante provisiones, ¡porque allí arriba no tienen nada de nada!

El sitio es adecuado para hacer un retiro espiritual.

Destacaría la atención y amabilidad de los anfitriones, siempre pendientes de cualquier petición. El contacto con ellos fue muy fluido por whatsapp y nos dieron unas buenísimas indicaciones de cómo llegar al alojamiento.

El entorno del lugar es fantástico y único; si lo que buscas es un remanso de paz en plena montaña, es el lugar ideal. Yo lo recomendaría para gente que quiere hacer rutas por la zona y desconectar de todo unos días, pero no para gente que quiera moverse a diario en coche para visitar diferentes lugares, ya que el camino de acceso a la casa es sin asfaltar y bastante sinuoso.

La limpieza quizás también sería mejorable.

Simple y rústico con todo lo que implica en una ubicación idílica. Nos alojamos 10 días, ¡fue genial! Diría que las instalaciones de cocina eran un poco escasas para una larga estadía, tal vez un mini-oven o microondas proporcionaría más opciones ya que el Supermercado "Mercadona" está a 45 minutos en coche. La pista de enfoque no es tan malo, lo logramos varias veces sin problema en nuestro Peugeot 108 y pronto aprendes dónde están los peores baches, vayan lentamente. Los propietarios Nadine y Servet siempre fueron agradables y disponibles para ayudar y tolerantes a mi español de basura. De hecho, Servet, que es bastante discreto, habla un inglés excelente. Entonces, en resumen, si te gusta la calma, la naturaleza y la simplicidad, ¡te encantará!

Nos ha gustado mucho. Muy tranquilo y mucha naturaleza muy bien para hacer senderismo y monte. Los paisajes preciosos. La casa está muy bien y acogedora. La subida a la casa esta algo difícil pues es una carretera rural, pero yendo despacio se llega bien.

Gente encantadora en un entorno dificil de igualar. Levantarse por la mañana y abrir la puerta entre las nubes, es una experiencia única.

La casa es cómoda, tiene todo lo necesario para estancias largas o cortas. La recomiendo más para gente que tenga la intención de hacer excursiones en el Parque Natural de Ponga que como base para ver la región.

El acceso es un poco complicado si el coche es muy bajo. Mejor ir con mochila que con maletas por el acceso desde el coche hasta la casa.

Esta situado en un lugar maravilloso. En plena naturaleza, para los que quieran desconectar de la ciudad y de la civilización.

A tener en cuenta que el acceso al estar en plena naturaleza, no es una carretera convencional ni rápida, hay que ir con cuidado, es para disfrutarla.

La casa muy cuca, el paraje incomparable, pero eso sí, tened en cuenta que el acceso es muy complicado. Sin las instrucciones de Servet y Nadine (muy majos :)), no llegas y te quedas atascado en una cuesta.