Casas Rurales con Chimenea en Trevejo

Hemos pasado un puente imborrable en La Pastera merced a un ambiente pastoril y una casa en perfectas condiciones, extensa y cuidada al detalle. Las fotografías no le hacen justicia. El trato de los dueños, inmejorable: siempre y en todo momento atentos mas sin ser invasivos y animándonos a contactar con ellos para cualquier duda en cualquier instante del día. Nos dieron un recibimiento muy caluroso (en los 2 sentidos, pendientes de todo y con la chimenea encendida) y nos obsequiaron asimismo unos dulces hechos por ellos que estaban de muerte.

El alojamiento rural está muy bien. La casa tiene todo lo necesario para pasar unos días y el menaje es más que suficiente. La utilizamos como punto de partida para hacer excursiones por los alrededores ya que se encuentra muy bien situada en plena sierra. El pueblo es muy bonito aunque se encuentra un poco aislado. Jesús, el propietario nos traía el pan todos los días y se prestó a ayudarnos en cualquier problema que pudieramos tener. Es muy amable e hizo todo lo posible para que nuestra estancia fuera lo más agradable posible.

Enamorado de Trevejo, de los pisos, de los caminos, las puestas de sol, los vecinos, la luz, el castillo, la ermita, el fragancia de las calles, el aceite y el vino de lagaña. Pasé unos días allá para cargar pilas, y me hallé nuevamente conmigo. Todavía sobre un cerro, leer Moby Dick sobre aquellas rocas fue una experiencia gloriosa, como lo era pasar las horas viendo consumirse la leña en la chimenea mientras que te dejas llevar por tus pensamientos o bien caminar de madrugada por las calles vacías y oscuras, bajo la luna llena, recordando las leyendas de Becquer.

Lo conocíamos solo a través de fotografías en la red de redes. Eran tentadoras y por ese motivo escogemos este alojamiento. Mas nada que ver con la realidad. Ya zigzagueando por la carretera que lleva a Trevejo, nos impresionó la impresionante silueta del castillo y el promontorio en el que se halla ubicado. El val tiene una belleza sin parangón... LLegas a Trevejo y no dejas de reiterar que es el pueblo más bonito de Extremadura, o bien aun de España, por el hecho de que no existe nada que desentone y todo ha sido preservado y rehabilitado hasta llevarlo a su estado original.