Casas Rurales para Nochevieja en Castropol

Ambiente fantástico regentado por un fácil y amabilisimo matrimonio que te hacen sentir como en casa. Si a eso le sumamos los paisajes, playas, montañas y lugares de interesa cultura ,y las recomendaciones de Benigno y Elvira, dan como resultado unas vacaciones imborrables. Llegamos un veintisiete de septiembre y el tiempo fue genial, a la altura de todo cuanto hallamos Cuando recuerdo como comimos, los sitios en los que estuvimos, y el cariño con el que nos trataron, solo puedo meditar en regresar.

Nos alojamos a lo largo del fin de semana en el piso para 2 personas y quedamos encantados. El entrecierro es bello y sobre todo, apacible, con lo que es el sitio idóneo para desconectar y regresar a la rutina con las pilas cargadas. El piso es extenso y funcional, teniendo presente que está concebido para alojar a 2 personas. Las vistas desde el salón-dormitorio a la ría son una maravilla, y además de esto una vez se accede al jardín el complejo dispone de barbacoa, mesas de madera y un pequeño terreno.

Hemos estado en los pisos "el Cruceiro" una familia con 2 pequeños, a lo largo de 3 días. La casa está sensacional, muy limpia, agradable y bien pertrechada. La zona ajardinada apropiada para ir con pequeños, los nuestros se lo pasaron realmente bien jugando al futbol y baloncesto. Manuel, el propitario nos notificó de sitios y lugares de la zona para visitar y comer.

Estuvimos cinco personas a lo largo de 3 días en uno de los pisos, y nos soprendió todo agradablemente. En tema de cocina, baño y limpieza todo con perfección pertrechado, con todo género de aparejos de cocina. Disponiamos de toallas para todos, las habitaciones amplísimas, zona para estacionar, los jardines de alrededor a la perfección cuidados (eran bellos!!), barbacoa lista para utilizar con leña, entrada primordial y una segunda que daba al jardín y a la barbacoa.

El día de hoy hemos regresado de nuestra estancia en el piso 1 y, si bien sea repercutir en todo lo dicho en las creencias precedentes, la casa es inusual. El equipamiento es el más completo de las casas rurales en las que nos hemos alojado, la limpieza inmejorable (le pregunté a la dueña si lo terminaban de estrenar y resulta que llevaba ocho años marchando!), el reposo es total pues no hay ni un estruendos, está realmente bien situada para conocer la zona y los dueños atentísimos y afables.

Destaco 3 aspectos: 1º la limpieza de la casa fue esmerada y deliciosa. 2º el ambiente es fabuloso para gozar de la naturaleza y que los pequeños puedan correr por la hierva y jugar de forma libre. 3º el trato de los dueños fue buenísimo, pusieron a nuestra predisposición los juguetes de sus nietos a fin de que nuestros hijos gozasen de la estancia (tractores, motocicletas, canasta, cama flexible, porterías.

Es un sitio fantástico en lo que se refiere al ambiente los dueños después de estar en esa casa pero de quince años todos y cada uno de los veranos a lo largo de dos semanas prosiguen mejorando un año tras otro.Que pero puedo decir de ofelia y jose antonio que prosigan por ese camino emprendido hace unos años y quererles mucha salud y que nos vamos a ver el proximo año si dios desea.Saludos a todos.

Estuvimos mi marido y 4 noches en el alojamiento que llaman "El Nido". ¡Está sensacional! Ofelia y su marido cautivadores, y el alojamiento realmente bien pertrechado. Los aledaños una pasada, y muy a mano de sitios que no os podéis perder. La playa de Peñarronda, a la que se accede dando un camino, está ideal. Indudablemente volveremos a visitar a esta entrañable familia.

Terminamos de estar allá una semana en el mes de agosto, mas no es la primera vez que vamos, la verdad, es que somos habituales y todos y cada uno de los veranos pasamos unos diez días. La zona es sosegada, verde y con una temperatura ideal, y para los que nos pasamos el año a la carrera nos sienta como un balneario. Ofelia y José Antonio son muy afables y nos dan patatas y huevos de cosecha propia, muy, muy ricos, el día de hoy mismo hemos comido una tortilla con esas patatas.

Hemos estado encantados a lo largo de los doce días de estancia, tanto por el completo equipamiento del piso como por el cuidado profesional y el trato personal con el que nos han agasajado. Además de esto la zona es muy, muy tranquila, hermosa, una sorpresa; realmente bien ubicada, cerca de playas, barrancos, núcleos urbanos, carreteras, actividades...creo que no hay "mas.

Hemos estado la remata semana así como mi mujer y mis cuatro pequeños en el piso de 4/6 personas y he de decir que hemos pasado unos días imborrables. El piso era muy grande, Dolores la dueña y su marido Domingo nos resolvieron todas y cada una de las dudas sobre la zona. El equipamiento y la limpieza de exactamente los mismos un diez, aun pertrechados con lavaplatos. El coste excelente y un sitio estratégico entre Asturias y Galicia para gozar de los dos lugares.

Fuimos un conjunto de seis familias y la primera cosa que resaltamos fue lo limpia que estaba la casa. Parecía tal y como si acabasen de ponerlo todo nuevo. Los pisos son espaciosos y muy cómodos. Las habitaciones agradables y las camas muy agradables. Están realmente bien amueblados y también pertrechados en vajillas, aparatos familiares a fin de que te sientas como en tu casa. En lo que se refiere al jardín, todo el tiempo que estuvimos en la casa, nuestros hijos estuvieron jugando en ese enorme jardín, con columpios, balones y espacio demás para jugar al futbol.

Hemos estado unos días en el mes de agosto en el piso dos y se nos ha quedado muy cortísimo. El piso tenia de todo para poder efectuar una larga estancia y la situacion que tiene en una pequeña aldea le da tanta calma que semeja que has desconectado del planeta. Al tiempo esta cerca de todo y sin hacer recorridos largos, puedes conocer muchos sitios tanto de Asturias como de Lugo.

Lo cierto es que solo podría poner cosas buenas de La Casa del Burrero y de María, su dueña. Hemos pasado unos días imborrables. Todo ha sido realmente agradable, y María nos ha hecho sentir como en casa. El alojamiento es hermoso, y menos puedo decir del ambiente, sin olvidar los muy, muy ricos desayunos de María. Creo que volveríamos con los ojos cerrados, y como es lógico aconsejaré este hotel rural siempre y cuando tenga ocasión.