Casa Rural Niajo

En pleno Valle de Sajambre, en León, en la localidad de Oseja, reformamos, hace unos años, una casa de más de 200 años de antigüedad. En la casa actual, que sigue con fidelidad la tradición arquitectónica Sajambriega, con paredes levantadas en piedra y suelos de madera, distribuimos un mobiliario tallado en madera, muy cómodo y estiloso, entre electrodomésticos de alta gama, y proporcionamos exclusivos servicios. Todo ello, bajo una decoración a base de jarrones y demás elementos rústicos, que dan una personalidad tradicional y muy acogedora a la vivienda.

En total, ofrecemos a nuestros clientes 2 viviendas diferentes, muy parecidas en su apariencia exterior, rodeadas por bonitos patios, pero sutilmente diferentes al atravesar la puerta de entrada. Esta, dividida en 2 plantas, posee, como su "hermana", amplia cocina, zona de comedor y salón en la planta baja, pero se diferencia de la anterior por poseer 2 dormitorios matrimoniales en su planta superior, donde también se encuentra un amplio baño completamente equipado.

• Al entrar en la casa se encuentra la cocina, estancia espaciosa y funcional, que destaca por unos bonitos armarios con tapas de madera pulida, en los que se guardan prácticos tostadora, cafetera, batidora o exprimidor, además de algunos alimentos de primera necesidad, como sal o café, entre el menaje y una hermosa vajilla y cubertería. Para cocinar, hemos dispuesto en la estancia de un moderno conjunto de electrodomésticos, con vitrocerámica, una amplia nevera con espacio para conservar los productos más fríos, un microondas y un horno con varias bandejas. 

• Siguiendo hacia el interior de la casa se abre un amplio pasillo, en el que hay una bonita mesa de madera a modo de comedor, precediendo a una zona con un amplio sofá adornado con algunos cojines, varios armarios con juegos de mesa, televisión, y, como punto central de la estancia, una acogedora chimenea que funciona a base de leña. La estancia, por supuesto, está detalladamente decorada con bonitas vasijas y elementos rústicos.

• Delante del cómodo sofá nace una hermosa escalera de madera, a juego con el estilo del resto de la casa, que permite acceder a la planta superior, donde se encuentran, además del baño que mencionábamos al principio, los 2 dormitorios. uno de ellos con una cama matrimonial, con bonitas mesillas a ambos lados sobre las que hay acogedoras lámparas, que resultarán muy agradables para aquellos a los que les guste leer por la noche. La otra habitacíon es una amplia cama indidual, para la total comodidad de los clientes.

• Alrededor de las camas, hay algunas sillas y amplios armarios empotrados, algunos de ellos con espejos, con todo el espacio necesario para ropa y calzado, entre sus perchas y cajones, además de mantas calientes y sábanas limpias, que sirven como recambio a aquellas con las que vestimos los colchones ante la llegada de nuestros huéspedes.

• Encima de las camas, los huéspedes se encontrarán con cómodas toallas que podrán usar en el baño, donde también contarán con un práctico secador.

Nuestros clientes, a la hora de elegir nuestra casa, no solo lo hacen por las comodidades y servicios que ofrecemos en sus amplios espacios interiores, sino también por la posibilidad de vivir en un ambiente de aire puro, del que podrán disfrutar en una pequeña terraza, en la que hemos dispuesto algunos muebles de jardín y una útil barbacoa.

Oseja de Sajambre es la capital de los pueblos que forman el Valle de Sajambre, situado al norte de las montañas que conforman la Cordillera Cantábrica, en la provincia de León, y donde nace el río Sella.

En el municipio, rodeado por altas montañas, destacan las cumbres de Peña Baeza, Canto Cabronero, y el Pico Pozúa, además de haber bonitos caminos, como la llamada Senda del Arcediano, calzada romana que pasa, entre otros sitios, por donde se encontraba antiguamente la iglesia parroquial de Oseja. Esta fue levantada, para su uso exclusivo, por los condes de Flainez, y ha sido reemplazada por la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.

Pero este, aunque es el principal monumento del pueblo, no es el único. Una hermosa ermita, la de San Roque, fue construida allá por el siglo XVI, y reconstruida posteriormente. En 1738, además, algunos vecinos fundaron aquí la capellanía de San Roque y Nuestra Señora de Belén, donde se proporcionaba asistencia espiritual a los vecinos y se daban clases de "gramática". 

Al dar un paseo por el pueblo visitando estos monumentos, así como bonitas casas señoriales, como la de los Piñán, además del edificio que alberga hoy en día el Ayuntamiento, merece la pena detenerse ante las bonitas casas tradicionales, construidas con piedra y madera, los elementos tradicionales de esta zona. Las calles se visten de fiesta en los meses de verano, junio y agosto, cuando se celebran las fiestas populares de la región, y en octubre, cuando tiene lugar una interesante feria en la que hay exposiciones y se pueden degustar los platos típicos de la zona.