Casa Castillo

¿Quieres sentir que realmente vives en un modesto pero precioso pueblo andaluz? Esta agradable casita es perfecta, con muebles y decoración rústica pero sin perder ni un toque de comodidad.

Con capacidad para 7 personas, tiene 2 plantas:

• En la principal, se encuentran el salón comedor, la cocina y una habitación de matrimonio. El salón cuenta con cómodos sofás en los que dejarse caer y relajarse, mesas y un mueble con espacio para guardar cosas y encima del cual se encuentra la televisión.

• El comedor lo compone una estupenda mesa de madera con sillas y espacio para dar de comer hasta a 7 comensales. Lo mejor de la estancia es poder comer tranquilamente disfrutando de las preciosas vistas y de la luz del día que entra a través de las ventanas, situadas junto a la mesa.

• La cocina, que contiene una mesa de madera con sillas por si se prefiere comer en esta estancia, posee frigorífico, vitrocerámica, microondas, lavadora y muebles con capacidad de sobra para todo el menaje disponible. Sus amplias encimeras permiten cocinar con total comodidad, y son alumbradas por la luz que entra por la ventana, que hace también a esta estancia muy luminosa.

• En los pasillos hay algún que otro armario y decoración rústica tradicional. Todo el mobiliario es, en su mayoría, tallado en madera.

• En la primera planta están otras 3 habitaciones. Estas se dividen en una individual, con una cama, otra doble, con 2 camas individuales, y una última habitación, más grande, con cama de matrimonio.

• Todos los dormitorios están completamente equipados para que en ellos no falte de nada, como si nosotros mismos los hubiéramos amueblado. Mesillas con lámparas, armarios, ropa de cama limpia y cuadros en las paredes. Uno de los dormitorios de matrimonio cuenta, además, con un televisor. El otro, por su parte, tiene un práctico espejo con tocador.

• La casa, por supuesto, cuenta con un baño totalmente pensado para una perfecta higiene personal. Inodoro, lavabo, ducha con cortina, agua caliente y fría y ropa de baño limpia y lista para que nos sintamos como en el baño de nuestra propia casa.

Una de las mejores zonas de la casa es su bonita terraza, con unas preciosas vistas al pueblo y la naturaleza que lo rodea. Allí hay una mesa redonda con sillas y decorada con macetas, para que los habitantes de la casa puedan disfrutar de una tranquila velada al aire puro, sin perder un toque de estilo.

Jimena de la Frontera es una localidad de 345,24km2 situada a 203 metros de altitud en la comarca gaditana de Campo de Gibraltar.
Su situación es perfecta para los más aventureros y adictos a la naturaleza, al hallarse entre la Bahía de Algeciras y la Serranía de Ronda, y localizándose en plano Parque Natural de Los Alcornocales.

El pueblo crece bajo las laderas del cerro San Cristóbal, entre quejigales, alcornocales y riberas, y al paso del caudaloso río Hozgarganta. También se encuentran en la zona los ríos Guadiario y Guadarranque.

Con una población de, según datos de 2014, 3170 habitantes, es uno de los famosos pueblos blancos de la ruta que también pasa por localidades como Arcos de la Frontera, Vejer o Ubrique. Sus calles son estrechas, pero preciosas, adornadas con la vitalidad y el colorido de preciosas macetas situadas tanto en las ventanas de las casas como en el propio medio de las calles. Sus casas, de fachadas blancas, crean un precioso mosaico con el verde y marrón de la naturaleza que rodea el pueblo.

Mientras damos un tranquilo paseo dejándonos encantar por la belleza del pueblo, podemos visitar monumentos de la talla del Castillo de Jimena, Conjunto declarado Monumento Nacional y construido estratégicamente sobre el cerro; la Torre-Campanario de la antigua Iglesia de Santa María la Coronada, el Santuario de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, las Iglesias de Nuestra Señora de la Victoria y la de la Misericordia, la Iglesia de San Francisco y el edificio del Ayuntamiento.

Sin ser vistos como “monumentos”, el pueblo incluye el atractivo de sus preciosos patios, situados en propiedades privadas y que los dueños abren a todo el que quiera acercarse para ver sus preciosos arcos y colores.

Por supuesto, la situación geográfica del pueblo permite deleitarse con la belleza de la zona, ya sea dando largos paseos entre los bosques, visitando el Canal de la Real Fábrica de Artillería de Carlos III, o disfrutando de la tranquilidad de los ríos.